viernes, 24 de agosto de 2007

Garabatos en la red.

Como cuando la hoja está en blanco, y necesitas dibujar una figura absurda y abstracta en ella, necesitas mancharla y dejarle tu marca personal, necesitas inconscientemente alegrar la blancura con tu más distorsionado pensamiento... Del mismo modo, ver mi blog con un escrito viejo, vivir tantas cosas y no poder pasarlas a palabras...Necesito escupir esto.

Hoy escribo esto como un garabato, y advierto que sale por aquí toda mi momentánea emoción de alegría y queda como recordatorio de que hay días en que río de verdad...Dejo el caparazón a un costado, cansada del peso agobiante en mi espalda.

Hoy...

Ya es de noche, e hizo calor durante toda la tarde, pero ahora está refrescando. El viento mueve las copas de los árboles de mi calle, y el ruido de las hojas es como un susurro impredecible e irrepetible. No es negro ni azul el cielo, ahora es violeta como un moretón. Es la lluvia que espera su momento, hiriéndolo mientras tanto. No hay estrellas visibles, y hoy que estoy alegre entiendo por fin la analogía entre las estrellas ausentes y las cosas buenas que en momentos tristes ignoramos.

Fue un día normal, brillante en tono sepia y con la gastada rutina diaria más interesante, no por sus hechos sino por mi visión. Cuando dicen que todo depende de con qué ojos miremos el mundo, tienen razón...Hoy desperté infantil y contenta, y fue todo como un constante juego.

Jugué a caminar por las veredas de siempre, y esta vez dominé mi alma fantasiosa y la hice soñar, soñar de enserio. Soñar con recuerdos otra vez, soñar con las risas inocentes....Soñar con el brillo del sol que parecía eterno en la siesta, soñar como se sueña cuando se está enamorado o muy agradecido con la vida.
Jugué a ser diferente. A ser como quiero ser, ser amable lo más posible, ser alegre, ser yo pero pulida y brillante. Hoy fui como era cuando mi mente no se atormentaba con ideas absurdas y complicadas, cuando mi cabeza no era un laberinto de humo... Hoy fui sencilla, hoy estuve alegre.

Jugué a vivir, a vivir de en serio. El sol, la frescura, el sabor, los sonidos...todos juntos de manera presnte, presente de verdad. Olvidé los dolores, olvidé las sombras, olvidé y redescubrí...


Mañana tengo planeado un encuentro con mis amigos. Mis amigos son especiales, son algo de lo mejor que pudo darme la vida...Mis relaciones con ellos, nuestros vínculos, nuestros abrazos son de verdad, son sinceros, son suaves...Somos ellos y yo, sin máscaras ni poses. ¡Es tan fácil desnudar el alma , maltrecha y confundida, con ellos!



Seré yo, yo sin ideas tontas, yo sin prejuicios, yo sin mi carcaza obsoleta y gris.
Yo, infantil y simple, pura y feliz.

Infantil como cuando me perdía en sus arrugas y sus historias, y feliz como cuando te abrazaba en la realidad.

domingo, 12 de agosto de 2007

Ilusión I.

La ruta será nuestra, desde nuestro principio hasta nuestra meta. Todos nuestros, completamente, también serán los momentos que viviremos lejos de la pequeña ciudad.
Ya nos imagino armando las carpas, ya nos veo riendo bajo el sol de la tardecita, y contando las estrellas en la madrugada, y preparando todo improvisadamente para sobrevivir allá. Las bromas, la alegría, los recuerdos viejos, las nuevas vivencias. Las similitudes y las diferencias entre nosotros, siempre en roce gozoso.

¡Cuántas ganas tengo de que llegue ese día!
El día en que escapemos hacia la naturaleza.
Sí, en que la conozcamos en nuestra piel, que nos llene los ojos y alborote los sentidos.
Llegaremos y nos recibirá con sus rayos. La madre nunca abandona al hijo, siempre tiene lugar en el regazo para nuevamente recibirlo. Una madre no se enoja, la madre lo perdona todo.
Será hermoso el reencuentro con ella, con la primigenia matrona de todas las estirpes humanas.


No necesitamos grandes presupuestos para ese evento irremplazable.
Bastará con llegar allá, caminado si es necesario, peregrinando de esa manera al templo improvisado de nuestros maltrechos sueños.
Seremos felices allá, tan solo eso.


Tan felices, que quizás llueva como bendición del cielo.