jueves, 15 de julio de 2010

Palabrerío Bobo: Pretensión de jugar con los 'ecos'.

-Ecos que se complementan, el yo, los ancestros, los ángeles. Me faltan ellos, lo sé. Queda pendiente. De extensión mayor a la que pretendía, con ambigüedades que no pude mejorar, con ideas que no concreté. En fin.-




lo monstruoso se vuelve cotidiano,
lo que hoy es normal antes era cruel,

lo que quema por dentro no es la conciencia
(no se engañen),
es el terror a perecer,

me dan más miedo los altivos ángeles,
de este limpio mundo, guardianes,
que los hambrientos diablos sin dientes ni piel,
carroñeros por despecho.


¡qué patético resulta ese pintoresco Infierno,
donde se castiga la inmoralidad!
¡qué torpes fueron sus pintores, al no considerar la realidad!
el hambre hoy es una estampita
y la violencia un devenir normal;

no necesito ir muy lejos para ver a la Maldad,
no hacen falta llamas ni demonios,
descender a un sueño de no despertar,
los círculos con sus pecados, el hediondo río atravesar,
todo ese ritual que nos hicieron memorizar
simulando ser viajeros, ser curiosos,
entre los castigados hacer turismo
como quien camina ocioso...

alcanza con salir a la calle,
alcanza con no poder volar

nuestros pies nos atan a este suelo,
ignorando otra posibilidad,
y mientras transcurre el tiempo y con él los cambios,
repiten, incansables, los ancestros:

"mirá lo que te rodea:
esto, es la Realidad,
esto, está bien,
aquello, está mal,

los ángeles amparan nuestras vidas
de rectitud y buen-obrar,
si sigues la senda marcada
perderte no podrás"

faltaría el té a las cinco,
la locura pre menstrual,
las vacaciones de verano, todas pagas,
la calefacción invernal, ¡a gas!,
memorizar las calles, y las luchas
de esos héroes que le dieron nombre,
aprobar el bachillerato
o bien recibirse de industrial,
cantar los himnos permitidos y
los domingo salir a pasear...

y sobretodo, con el tiempo,
aprender, bien bien, a callar.

Aceptamos un contrato de convivencia
a cambio de seguridad.

-yo miro por la ventana,
deseando despertar,
yo sé que no es suficiente
con aprender a bordar
cocinar, leer, tejer, coser
o incluso estudiar y luego trabajar
siempre por la senda marcada,
siempre, buenas costumbres y moral...

Yo sé que eso no alcanza,
que mi conciencia exige algo más.


Y miro cómo se empaña,
día a día en la rutina,
la conjugación del verbo "amar".

Y miro y sólo miro,
así me debo comportar:
"las señoritas no se meten
y no deberían opinar
tan zonzamente hablando,
¡te deberías callar!"


Así mirando, calladamente,
de repente, casi siempre en la aurora,
bajo el amparo de las penumbras,
aparecen tambaleándose
los seres que quiero -y no- olvidar,
los seres de los que no debo hablar,
los seres que no entienden
que hay que estudiar y trabajar
y siempre moverse por la senda del buen-obrar,

"la senda está marcada y basta con seguirla,
-¡no conseguirla!-
solamente seguir las señales
y si tus pasos son pequeños
y si estas perdido en verdad
y si acaso te marean nuestras leyes
mejor...
abstente de caminar"


Vienen,
¿no les dije acaso
que no hacía falta
descender a ningún lugar?

aquellos espectros lastimados que aún bajo el sol
llevan sus pasillos internos
repletos de tinieblas y hongos,
hongos hasta la náusea,
hongos violetas como hematomas
o viceversa;
enmohecidos caminan,
sus pensamientos, sus miradas,
sus expresiones, forman un enjambre
de locos insectos
disgregados,
evasivos,
¡corrosivos!

Los espectros que nadie quiso,
que nadie cuidó,
los yuyos de este jardín de gente,
se mueven por las veredas
pero sus pasos ocurren en otro lugar.

"y se salen de la senda,
¡qué se puede esperar!
a estas escoria de persona
hay que fusilar

limpiar de a poco el mundo
para vivir de una vez en paz"


-Yo los miro, y aunque no quiera, temo,
porque no nos entendemos,
no tengo hematomas ni arañas,
el sol llega hasta lo profundo de mí,
o así lo siento,

y sigo la senda marcada:
(cocino, limpio, estudio,
trabajo, respeto,
pienso, a veces hasta sueño,
me muevo acorde a las leyes
y los ángeles me guiñan el ojo cada mañana)

Mientras se acercan, y casualmente, me perciben
nos miramos frente a frente,
ventana de por medio,
buscando reconocernos

y ellos en mí no ven nada que puedan querer,
cargados como están de tantos hongos,
de tanto insulto,
de tanto abandono,
llenos, ¡rellenados!, de rechazo...

y sin embargo,
¡y sin embargo!

yo sólo repito, inútilmente,
("...mejor te deberías callar...")
la conjugación completa
del verbo "amar",
en lo que se conoce como Voz Media.

-Primera Persona Plural: Nos amamos-


No me oyen,
aquellos espectros apenas espían,
atisban desde un rincón en la multitud,
despedazan impacientes el mendrugo robado,
ultrajado con derecho
y con derecho a más aún,

hambrientos se encontraban en las sombras,
hambrientos y con el moho corrompiendo su ser,
¡el hongo impuesto que los corrompe!

y sintiéndose saciados, se van,
rengueando su suerte por las veredas,
que no son suyas y que invaden,
("...¡caraduras!")

los ángeles los hincan con largos tridentes,
les gritan con enojo, ¡los quieren matar!,

"la escoria del mundo no debe andar por aquí
vuelvan pronto a las cloacas
a las cuchas de cartones,
vayan lejos que la gente decente
no tiene porqué verlos renguear
y si no siguen la senda marcada
y si no entienden de costumbres y moral
mejor, mejor para todos,
¡absténganse de caminar!"


en mi ventana estoy segura,
los ángeles, tan policías, cuidan de mí

sigo murmurando "amar"
pero en voz muy bajita,
las señoritas,
según las reglas,
esas ideas tan zonzas
nos tenemos que callar
y ante la escoria del mundo
tenemos que disimular...

"que esa gente,
es así porque quiere,
fueron ellos los que se salieron de la senda marcada
y no merecen volver..."





-Se dice que algunos nacieron
con branquias,
con escamas,
con aletas
con la espina dorsal dobladísima,
con pesados muñones inútiles,
o sencillamente, nacieron
inhabilitados para caminar-

-podemos pensar también
que algunos nacieron
con alas,
y entonces, hace falta cambiar algo-