martes, 31 de julio de 2007

...and I want to thank you.

Y este idioma está muy lejos de serme fácil. Pero oírlo, leerlo, me remota a tu imagen, a tus palabras y tu esfuerzo por traducir esas letras en aquellos años en que estábamos tan lejos de crecer.

Pasamos tantas cosas juntas y hubo tantos altibajos que hoy ya no puedo recordar ni el sol que hicimos una vez ni las nubes que lo taparon. Y vos sabés que soy una negativa y amarga de mierda, siempre fuiste sincerca y diplomática para decirme que...La vida es más bella de lo que yo quiero hacerme creer.

Y no sabés cuánto me emociona tener una persona así cerca de mí, cerca dentro de todo, que me refute mis ideas, que me mande sutilmente a la mierda para hacerme entender que no todo está mal...Que lo mire, que no me cierre.

¡Gracias!

Yo pinto mi vida como un cuadro gris, y sos objetiva y honesta, y me decís que lo pinto de manera horrible. Y ahí lo veo mejor, y ¡es impresionante como todos los colores parecen renacer!. Me hiciste bajar a la tierra, sin quererlo ni planearlo. ¡Qué tonta me siento ahora!.

Gracias, muchas gracias, por decirme lo que necesitaba oír.
Gracias por no callar, por decirlo, por mantener la conversación.

Tengo una etapa retrógrada, soy como esos niños que se encaprichan con algo y lloran por alcanzarlo. Aunque eso me haga mal.

Y perdón por ser tan necia y negativa, sabés que es algo más fuerte que yo. Ya te imagino acostumbrada a mi cara larga, a mi terquedad, a esta manera tan insoportable de ser. Ya te veo cansada, y lo entiendo perfectamente, murmurando puteadas que al final te tragás. Yo no entiendo como soy, menos entiendo cómo me soportan.

Y sé que habrán miles de discusiones más, miles de momentos que podemos improvisar, incluso habrán muchas personas que nos harán reír y llorar a lo largo de este tiempo...

Pero como vos, ninguna.
Y hoy, que el tiempo me agarre una,
te sigo queriendo
tanto o más que antes.


Fue muy bueno crecer a tu lado, y aunque siempre hubo otras personas también, tu lugar será para siempre en mi memoria irremplazable.

Gracias, simplemente, gracias por taaaaanto.


viernes, 27 de julio de 2007

Inexcogitable

Puedo decir que de nuevo empiezo una nueva etapa. Puedo decirlo y sentirlo, y luego olvidarlo, y así dejar pasar todas las cosas que quería retener y omitir las que quería modificar. ¡La historia de mi vida!.

Hoy me siento más confundida que nunca, respecto a mi futuro y al color de mi alma. Hoy no sé si decirme que pretendo poco y con eso me conformo o en realidad pretendo demasiado y ni así me conformaría...Hoy no sé cómo mirarme frente al espejo, la resignación ya está tan gastada que la dejé de usar.

Durante todo el día fantaseo, diurnas y fugaces fantasías, como escape a mi realidad. Algunas personas usan drogas, otros tocan música, otros escriben larga y vagamente... Yo no puedo dominar lo que mi imaginación me obliga a pensar, y aunque evada ciertas ideas siempre termino pensando en algo relacionado, y he ahí un terrible laberinto.

Mezclar los sueños con la realidad es mi pasatiempo preferido desde que soy muy pequeña.

Pero hoy que crecí según mi DNI, que debo madurar, que debo vivir de otra manera... Resulta una terrible carga seguir soñando absurdamente. Ni siquiera es una molestia, le debo a mi imaginación muchas cosas: muchas ideas que desembocaron en interesantes escritos, muchos alentadores sueños que hoy se secaron, una idea más colorida del mismo muro que todo el mundo encuentra como gris.
Resulta más bien como un compañero al que se deja de soportar porque es tanto el trayecto juntos que la simbiosis empezó a flaquear; es un cascarón que recubre un cuerpo que está madurando y desea salir.

Mi imaginación fue mi crisálida durante muchísimo tiempo. Me refugié del mundo en ella, y me angustia mucho pensar en dejar ese estado de armonía y comodidad, total control, experiencias agradables y dulces. Pero el tiempo pasa. Me está llegando una nueva etapa, tengo que animarme y salir de a poco de ahí. Y pienso que lentamente porque no podría animarme a salir afuera, sin estar preparada.

Y en mí hay una amalgama entre el sentir y el pensar.
¡Cuántas veces lo habré dicho!


Me gusta la comparación que se acostumbra hacer entre una persona y un árbol. Hoy descubrí que el árbol monstruoso no sólo posee inmensas raíces que destruyen cada vez más las baldosas de la plazoleta, sino también tiene, con aspiraciones de cielo, ramas inmensas, llenas de magníficas hojas verde brillante. Verlo solamente desde abajo resulta tenebroso y desagradable, incluso se asemeja a la estructura de las ideas y fantasías que constatemente me dominan. Sus raíces son retorcidas e inmensas, y forman extrañas figuras en el suelo. De sus ramas más bajas cuelgan otras extensiones que de haber tocado el suelo habrían sido iguales que las raíces, pero quedaron para siempre como un manto tupido, como un manojo de cabellos secos que cuelgan de una cabeza inerte.
Pero mirando hacia lo alto, la impresión es totalmente diferente. Sus ramas parecen alzarse intentando alcanzar algo. Algo como una nube, algo como una estrella. Ramas pretensiosas que no soportan la existencia bajo el suelo, de manera aburrida. Ramas que aspiran a más, que crecen queriendo alcanzar algo más. El viento, en la ambivalencia de amigo y rival, y los pájaros con sus trinos, serían los únicos que las acompañen en la altiva danza que inventan.
El árbol no eligió sus raíces, fueron ellas las que lo "ayudaron a ser", fueron ella el principio de su vida. No es capaz de maniobrar la orientación de sus ramas, de expandir o limitar su crecimiento. El las siente crecer, se esfuerza por satisfacerlas. Y es a la vez un ser capaz de nutrirse y de albergar a otros.

Y hay cosas que no puedo controlar, ni mis fantasías ni ciertos factores de mi entorno.
Y mi pretensiones, hoy desinfladas y apagadas, no son definidas ni estables.


¿Y cómo explicarle al mundo que mi crisálida es mi refugio, mi utopía terrenal; y mis ramas dibujan en el cielo sinuosas figuras, como planos, pero temen concretarlas?
¿Con qué palabras adornar mi simple deseo de soñar para siempre?

miércoles, 18 de julio de 2007

Per Pacem.

Fue en una mañana del verano antepasado, mientras la música sonaba con alegría en la cocina; puedo incluso recordar exactamente la canción y la emoción de sentirla...cuando sucedió, acontecimiento determinante de los meses venideros. Dicen que fue la expresión de algo que se venía gestando, un peligro latente que un día explotó. Eran altas las probabilidades de que una cosa así sucediera, en cualquier momento. Y sucedió, y en su momento no pareció algo muy grave...

Las semanas pasaron, todos atribuyeron las dolencias a un problema psicológico, mero intento de llamar la atención... Si había dolor o era fingido en ese momento, nunca más lo podremos saber. Lo que sabemos es que hubo otra vez, un nuevo tropezón, y esta vez se terminó de accionar esa horrible máquina de sufrimiento. Un sufrimiento que no sólo afectaba al cuerpo, sino que desgarraba en jirones el espíritu maltrecho y septuagenario...

Y los días siguientes fueron llenados con dudas y penas, y fue tan larga la agonía que los meses quedaron como eternos. Y hoy no son lo que eran, hoy ya no hay necesidad de las visitas y los medicamentos... Hoy ya no tiene sentido quedarse un domingo a la tarde, a ver morir el día...sola.
La mayor pena, la de ella. Cuatro paredes y un televisor, el sol en las tardes y el mate del domingo. La familia que hace su vida, esforzándose por no soltar su mano, pero ella ya lo sabe: la deberán soltar, o ella se soltará sola. Ella lo sabía, lo sabía y lo sentía. Llega un momento, el momento final, en el que entendemos la mortalidad. Saboreamos tristemente los recuerdos; y revivimos mil veces los momentos más queridos, en el interior de nuestra mente.
Abrazamos fuerte a la vida, pidiéndole que no nos suelte.
Y un día entendemos que no significa soltarla y abandonarla, sino abrazarla completamente y amarla, tal como es, aceptando su final.


Desde que entendemos que la carne que comemos fue alguna vez una vaca, sabemos que la muerte no sucede sólo en películas de acción o en tierras lejanas, y que incluso puede resultar necesaria para equilibrar la vida de otros. Si crecemos en un ambiente bélico, seguramente eso es aún más común, y sos más conciente de la fragilidad de cada día. Occidentales, sedentarios y pacíficos; la muerte se nos pinta como un horizonte lejano, no como la amada utopía que se intenta alcanzar, sino como el horizonte que es alcanzado por otros.Es algo lejano, terrible y triste, pensamos que sí, es parte de la vida, pero no de la nuestra. No la sentiremos, ¡no!, es una etapa más...

Un día, por fin, entendemos: Somos frágiles, volátiles, efímeros. Somos tan poco, y sentimos tanto. ¿Cuánto sentiría, entonces, cada ser vivo, por pequeño que sea? De tan necios, no consideramos lo relativo de todo. Y no podemos decir que la consideramos sin sentirla, porque es algo insuperable por la razón. Ver la palidez y notar la ausencia de brillo en los ojos abiertos y perdidos, ¿de que raciocinio me hablas? No hay razón que no se quiebre y se avegüence. La mente enmudece ante ciertos acontecimientos, y el alma domina el control.

Somos parte de una cifra que muere, seremos alimento de otros como alguna vez precisamos de algunos para alimentarnos. Nacemos-Morimos. De si lloramos o reímos en el medio, de eso se trata todo.

Hay cosas inevitables.
La muerte, ahí está. Si fuesemos inmortales y no envejecieramos nunca, no serviría el tiempo, no sería nada más que un continuo suceder de cosas.
Que a medida que sucedan, perderán valor.
Nuestra mortalidad nos hace valorar todo.
Sentir todo quemando la piel, y desgarrando la garganta en cada llanto.
Todo lo nuevo, lo viejo, lo deseado, lo doloroso, lo gratificante...

Hay cosas imprevisibles.
Como haber podido sentir tu risa inocente ante un comentario pavote.
Como verte sentado en un asiento cualquiera, y sentir que se abre algo bajo mis pies, y rememorar, revivir... Sos dueño de mis sensaciones.
Como sin pretenderlo, contruir una sólida relación con muchas personas. Un sentimiento de unión, más fuerte que cualquier ventisca adversa....Sin pensarlo, plantar cimientos. Inamovibles.
Como no esperar nada y de golpe recibirlo todo, inesperadamente cuando las más fieles esperanzas empiezan a titilar, atemorizando con apagarse....

Habrá, yo sé, mañanas y tardes de sol. Risas y juegos, alegría pura y sana en algún futuro no muy lejano. También puede repetirse la necrosis y la permanente agonía, mis ríos de tristezas internos no llegarán a secarse nunca, y cuando llueva mucho deberán aflorar. Lo harán, lo sé.

Sucederán tantas cosas, ya las siento latir, ya las imagino gestándose latentemente en algún rincón del planeta, y desde alguna parte de mí, obtienen fuerzas.
Crecen, como yo. Lo importante, lo destacable, es cómo, cuánto... hacia dónde, ¿por qué?¿para qué?...
Estan, existen. La razón enmudece.


Y todas, buscando equilibrio.



Universus, per pacem.


Equlibrio

Será un estado, un modo de vida, alcanzado luego de mucho esfuerzo.
Juntar lo impredecible con lo inevitable, y lo deseado con lo aceptado.
¿Qué tan difícil puede ser?

martes, 17 de julio de 2007

Aunque no quiera confesarlo, estás.
Como recuerdo de felicidad...
Nadie entiende, ¿por qué tanta obsesión?
Ya todo se pudrió
y tu imagen, intacta.


No podría explicarles
que fuiste lo más cercano a la utopía
que pude probar

y fuiste, así en pasado
y hoy sos uno más
sentado en nuestra pequeña ciudad
¡Si supieras cuánto pienso en vos!

Ya no como algo especial, como eso que fuimos,
como eso que intentamos ser...
Te pienso, como amigo
como alma imposible de entender
y conocer.
Te pienso y recuerdo
y hay veces que quiero gritártelo, para que me digas algo que me calme
y hay veces que razono; ¡soy tan tonta!, y callo....

quiero estar con vos por siempre
quiero que esto no termine más
quiero ser tu amigo siempre....

¿Qué tanto de cierto había en esa canción?