martes, 29 de septiembre de 2009



las luces del alma

sin muros y sin sed

habrán de encontrarse al final

otra vez...

Como músico o como poeta; 'Y tu amor es una vieja medalla', L.A.S.

Y tu amor no es viejo, no es nada que pueda ser definido con palabras, negras perras.
Y tu amor es tu sonrisa y tu tibieza y tu comprensión, tu absoluta comprensión.

Me estas cambiando la vida, alegrándome, formándome, sosteniéndome;
porque hoy me reflejo en tus ojos y nos reímos juntos de tantas frases absurdas,
te cuento mis cosas, mis tantas y variadas cosas, y encuentro las reacciones que espero, que necesito, por eso y todo lo otro que forma un torbellino, por todo lo que me compartis conmigo, agradecerte quizá.

Las situaciones cambian, ya se sabe. Si nos miramos unos años atrás, cuando nos cruzábamos por la calle y nos saludábamos -contadas veces-, en esos tiempos no hubiesemos podido imaginar que hoy estariamos caminando abrazados.

Yo cambié tanto y vos también, y eso que fuimos y lo que hicimos nos trajo hasta acá.
Tonto sería decir que seguiremos por siempre igual, porque nada sigue igual con los años y el transcurso del tiempo y las etapas vitales.

Siento decir que todo muta y a veces se deteriora o rompe,
y no quiero que se empañe un poquito esta alegría que me das.

Si te veo sonreír, acercarte, moverte cerca mío; si escucho tu voz, yo me siento capaz de enfrentar cualquier cosa, ingenuamente eterna junto a vos.

martes, 8 de septiembre de 2009


mis peores secretos
mis más patéticas ideas
mis desvelos y sonrisas
y ese lado tierno que no me conocía

son para vos,
te los tengo que agradecer, se momificaban en algun lugar de mi alma
y hoy los desempolvo para compartirlos con vos

ya eran aburridos los días,
¡qué bueno que llegaste!

miércoles, 2 de septiembre de 2009



Zafamos del rosado hasta donde pudimos, pero ya sabemos que es algo más, que escapa al verbo convencional, con el que se inician las relaciones y que hasta se asocia con los caprichos; y esto llega al otro que no deja de ser, al fin y al cabo, un verbo más.
Rojo, eso sí, rojo y fuerte, una vez dicho no hay vuelta para atrás y no es tan fácil zafar esta vez, no podemos patear el sentimentalismo que conlleva la declaración, quizá las bromas lo camuflen un poco pero sabemos la verdad, nuestra verdad.