domingo, 16 de diciembre de 2007

"¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?"


Cuando conocí a Mafalda, yo tenía diez años. A lo sumo, once. Fue en el inicio del segundo milenio, y me parecía tan lejana ella hablando del hombre en la luna y de los Beatles.
Conocerla fue algo inesperado: mi madre me regaló un librito de la colección clásica, el número cinco (justo el de la mitad, ni el uno, ni el diez: el cinco), y como ávida lectora enseguida lo terminé, y enseguida me enamoré.
Luego vinieron el número siete, el "30 años con Mafalda" y el magnífico "TODA Mafalda". Y cada relectura hoy me lleva a una inevitable sonrisa.
Leerla es un puente con diferentes destinos: ya sea el pasado que no viví o mi propio pasado, el inicio de un reflexión o el despertar de alguna duda, la ilusión de alguna vez insertarme completamente en su mundo (algo completamente imposible: volver a mis 6 años y jugar; y conservando mi edad actual hablar acerca de la vida y del futuro, vivir con ella, sí, con ella, la eterna búsqueda de la utopía en los paseos por su ciudad).

Mafalda tiene eso, ese poder encantador que atrapa a quienes la leen atentos y con la mente abierta. Y eso tienen los niños, una apertura total en el plano mental: son capaces de creer y confiar sin ninguna sospecha, de soñar y vivir mezclando en su vida partes muy grandes de sus sueños. Por eso es hermoso conocerla sin haber abandonado la niñez, aún siendo un poco como ella y sus juegos, pero sin estar todavía inserto en el mundo de los adultos. Que sea ella la que te tienda la mano y te presente al aburrido mundo adulto, a la tristeza de (por ejemplo) los pueblos africanos, a la impotencia ante algo como Vietnam, a algo tan monstruoso como la indiferencia de las personas, unas a otras... Que sea ella la que te ayude a crecer y te siga haciendo sonreír al bajar de la hamaca y decir "Como siempre que uno pisa el suelo, se acaba la diversión".

Ella misma es una niña; es una eterna niña que habla como adulto y que sueña como adolescente. Para siempre atrapada en sus juegos y en sus noticias, sus cinco amigos, su hermano, sus padres... La vida urbana, vacaciones en el mar...
Es todo un mundo. Y es la principal, pero no la única.
Felipe, el soñador que se angustia por no hacer los deberes y que aunque sea espera "disfrutar de esa angustia", y Manolito, el comerciante y "bestia" de grupo, fueron sus primeros amigos. Luego llegó Susanita, de una tira a otra, para pronto declarar que "lo único que quiero en la vida es ser madre". Y en unas vacaciones, llegó Miguelito, el más pequeño de los amigos, el más simple e inocente. Él simplificaba los problemas, desde enfoques tales como "lo único que sé es que los pajaritos no necesitan escaleras para subir a ningún lado".
Y en alguna tira, nació Guille, para alborotar la vida de hija única de Mafalda, preguntando las cosas más complicadas de manera simple. Creador de "paizaje pop", se maravillaba ante "todo lo que puede tener un lápiz adentro", y era el gourmet come-tierra de la familia.

Pero la última en unirse al grupo es mi preferida: Libertad, la pequeña rebelde del grupo, que exige una complicada simplicidad al resto de las personas y ella misma, sin darse cuenta, es la más complicada. Enfoca la vida desde un punto de vista socialista, altamente influenciada por sus padres bohemios. Conoce a Mafalda en la playa, y pronto se une al resto del grupo, para ser la antítesis de Susanita.

"Mafalda" es un mundo, un mundo que queda injustamente reducido a... cientos y cientos de tiras. Debería haber más, mucho más material.

La mezcla entre la inocencia y la rebeldía, el juego y la realidad. Quino, genio tímido y de mirada invisible, dibujante improvisado de trazo inseguro y con una mentalidad medio niño-medio adulto, como ella. Él la soñó y le dio vida, se deshizo él mismo al crearla y creo que nunca imaginó la repercusión que tendría. Leer a Mafalda no es solamente leer una historieta, es enamorarse de a poco de ella y de sus ideas. Y terminar admirando a Quino, no como quien idolatra a algún personaje de turno, sino reconociendo su imaginación y dedicación, y la magia que dejó en cada tira, y la enorme obra que hizo en total.


Si nunca la leyeron, hagan la prueba, abran la mente y léanla, siendo un poco niños, un poco grandes. Hay ciertas consecuencias que quizás no quieran enfrentar. Al leerla en serio, algo por dentro cambia. Y ciertas patologías, un tanto absurdas pero completamente reales, se presentan
Pueden leerla, y sufrir por no poder rescatarla de su angustia luego de escuchar las noticias. Leerla, y querer sentarse con ella en alguna plaza para mirar el cielo ("una manera azul de perder el tiempo") o jugar a los vaqueros y dispararse. Leerla y sentirla pequeña y feliz; seguir leyendo y entrar en la duda de que si es posible que tal mezcla de actitudes se pueda dar en una sola persona...Medio niña, medio adulta.

Verla bailar canciones en inglés, verla riendo o reflexionando, verla discutir con sus amigos para solamente reforzar esas relaciones, verla viviendo una vida de tinta manipulada sobre el papel, apenas trazos y dibujos; verla y sentirla tan cerca y tan, tan lejos a la vez.

Con toda mi alma, detesto los títulos. En realidad, detesto no saber qué poner acá.

Bueno, para ser concreta y no extenderme en vano, quiero darle otro carácter al blog, teñirlo con anilina, pintarrajearlo, renovar su corteza putrefacta y ... blablabla.
Sí, ya basta de tanta cháchara melodramática, de tanto amor fugaz, de tanta tristeza espontánea y pasajera y nada, ya basta de todo esto que ...cansa a cualquiera.

Y me lo digo a mí, como siempre, me hablo a mí misma a través de estos textos.

Creo que además de mis delirios y escritos sin mucho sentido, tengo que empezar a redactar cosas un poco-bastante-más reales. Cosas que puedan ser leídas por otras personas sin que éstas se cansen tan rápido y abandonen, cansadas, la lectura.

Y pienso que además la constancia me ayudará a ejercitarme en el plano periodístico, si es que realmente ese podría ser mi (buen) futuro. Porque también existe la gran posibilidad de que...el periodismo, la redacción de noticias y de análisis de hechos de la vida real, el trabajo relacionado con la redacción-expresión-comunicación....no sea lo mío.

Incluso me faltan palabras para cerrar la idea (por Dios! me dormí en lo laureles lingüísticos que alguna vez conseguí).

Esta será una suerte de ejercitación.
Como quien dice, de manera más simple, "voy a ponerme las pilas".

A pulir un estilo propio, a redactar cosas un poco más, un poco más...reales.
(y aquí es cuando te tirás a la pileta helada en una tarde de verano, esperando que la sensación incómoda pase pronto y deje el lugar al agradable abrazo del agua)


Doy cierre oficial, de esta manera, a esa etapa de la queja constante y fluctuante, de la fantasía absurda y fatalmente ininterrumpida, de ese poco de niñez atolondrada que me quedaba... Y con esto, no prentendo matar la niña que duerme en mí, sino...
Sino simplemente crecer un poco más.


(Crecer, ay nena.)

miércoles, 3 de octubre de 2007

Dulce.

Me doy cuenta lo mucho que me cuesta variar mi temática, y escribir algo agradable para leer.

Me refiero a que al leer lo que yo escriba, cualquiera pueda sentirse agradable-mente influenciado, suave-mente tocado, manchado íntegro dulce-mente...

Con palabras, ¡sólo con palabras!, lograr tanto en otra persona... Lograr una reacción, lograr algo...

¡¡¡Sacudir cada hebra de su alma, hacerlo llorar o reír apasionadamente tan sólo con leer!!!

Con palabras resumir un sentimiento, dar cuerpo a una historia o expresar algo confuso. Paisajes complejos, pintados con letras. Daría mucho de mí si tuviera un impulso en este momento, si hubiera algo fuerte que me hiciera reaccionar a mí también...

A veces me susurro lo que espero escuchar de otras bocas. Y otras veces me reprendo a mí misma por no seguir con los consejos de mi otro yo. He de ser una persona transtornada en un futuro no muy lejano, pero momentáneamente paso desapercibida entre la muchedumbre normal. En mis susurros me digo que tengo que liberarme, me digo que tengo que des-preocuparme.

Es armoniosa la situación, propicia para crecer, propicia para madurar....
A romper la crisálida, a dejar fluir todo el néctar de mi ser...que si no fluye, se contamina.




Cuando esté inspirada, he de escribir algo mejor.
Esto queda como testimonio de alegría y calma.
Dulce y anhelada calma.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Desvaneciendo las paredes de humo...

Quizá todo sea por las pastillas que estoy tomando, por darle el gusto a mi madre...
O los ensayos de la Estudiantina, dnde golpeo lo más fuerte que puedo un tambor inmenso, al compás de un ritmo simple que me costó mucho aprender...
O que hace calor, y eso me pone muy contenta...
O haber conocido un lugar tan mío, mío desde su función hasta su decorado, mío, como yo, como yo en la ciudad...

O no sé, no sé a que atribuir mi repentino optimismo, mi nueva alegría.
Y llegué a esta alegría repentina pero turbulentamente...

Hoy lloré escuchando una música sin canción, ruidos desordenados y armoniosos, que me hizo recordar muchas escenas, imaginadas o vistas en películas, de gente moribunda en plena agonía...Despidiéndose de todo lo que la rodea, sabiendo que es un momento crucial y que no puede evadir, lleno de un poder inmenso y contra el que no puede luchar...Pequeños, más que nunca, cuando la muerte nos viene a buscar, nos lleva aunque no queramos.

Hay personas que parecen amigarse con la muerte, con el hecho de fallecer, con la fantasía de morir, con el final de la vida en la tierra... Sucede cuando se llega a viejo, y se notan las diferencias con la lejana juventud. Cuando te sentís solo, sin los amigos con los que reías infantilmente; cuando tu cuerpo entero empieza a gastarse y cansarse más de lo debido; cuando ya las arrugas de tu rostro te producen rabia... La muerte se vislumbra a lo lejos, y cada día se acerca más. Es una dama linda, con una sonrisa en el rostro y una mirada de compasión, como esas vírgenes cristianas de las estampitas. Viene caminando, y te tiende la mano, y ambos saben de que pronto deberás acompañarlas. En esos casos, la muerte es como una amiga que acompaña y espera....Espera que sea la hora exacta, y se levanta de la silla donde se sentaba junto a tu cama para hacerte compañía, te toma de la mano, y juntos parten hacia algún lugar. Paz, sólo eso se siente, paz y calma da esa mujer en esos casos.

Otras veces, la muerte se ve obligada a aparecer de repente, llevándose a gente que no la esperaba. Jóvenes e inocentes, cruzando una calle o luchando una absurda guerra; o en medio de un enfretamiento humano del que cualquiera querría escapar... La muerte se asoma en cada peligro, y con una mueca de dolor arrebata de la tierra a los jóvenes a los que la hora les llega inportuna. ¡Que bronca, rabia, dolor, tristeza sienten las familias y amigos de jóvenes muertos!.

Cuando fantaseo con mi muerte, sólo pido que no sea pronto. Que falte mucho mucho, le ruego a esa señora de mirada serena que me espere, que yo la respeto pero que quier vivir más y más, quiero hacer tantas cosas...

Y en medio de esas reflexiones, pensé...

Y recordé de pronto todas las cosas que dejo oxidarse en mi corazón, que entraron un vez y quedaron ahí, intocables e imperturbables por los factores externos, pero descuidadas por mí.

Cosas valiosas que de cierta manera poseo: familia, amigos, risas, motivos para ser feliz, sueños, ganas de cumplirlos, esperanzas...Buenos deseos.

Y reí, lloré, la ciclotimia de siempre.
Tengo todo lo que podría desear. Si pudiera elegir algo más, no sabría que pedir, no sabría que decir... ¡Estoy tan llena, yo que pensaba estar vacía!


Soy tan tan necia a veces, que paso por alto las cosas valiosas, que olvido y omito todo lo que me haría feliz si sólo se lo dejase. Dejar las fantasías y empezar a vivir, con esto....

Todo depende de mí, hoy más que nunca.
Hubo cosas que no pude evitar, motivos habrá habido para que fueran como fueron...

Hoy mis días son destellos nuevos, ya no tengo que lamentarme por perder tu risa.




*Este post, de nulo valor literario, quedará para cuando vuelva a sentirme mal*

viernes, 24 de agosto de 2007

Garabatos en la red.

Como cuando la hoja está en blanco, y necesitas dibujar una figura absurda y abstracta en ella, necesitas mancharla y dejarle tu marca personal, necesitas inconscientemente alegrar la blancura con tu más distorsionado pensamiento... Del mismo modo, ver mi blog con un escrito viejo, vivir tantas cosas y no poder pasarlas a palabras...Necesito escupir esto.

Hoy escribo esto como un garabato, y advierto que sale por aquí toda mi momentánea emoción de alegría y queda como recordatorio de que hay días en que río de verdad...Dejo el caparazón a un costado, cansada del peso agobiante en mi espalda.

Hoy...

Ya es de noche, e hizo calor durante toda la tarde, pero ahora está refrescando. El viento mueve las copas de los árboles de mi calle, y el ruido de las hojas es como un susurro impredecible e irrepetible. No es negro ni azul el cielo, ahora es violeta como un moretón. Es la lluvia que espera su momento, hiriéndolo mientras tanto. No hay estrellas visibles, y hoy que estoy alegre entiendo por fin la analogía entre las estrellas ausentes y las cosas buenas que en momentos tristes ignoramos.

Fue un día normal, brillante en tono sepia y con la gastada rutina diaria más interesante, no por sus hechos sino por mi visión. Cuando dicen que todo depende de con qué ojos miremos el mundo, tienen razón...Hoy desperté infantil y contenta, y fue todo como un constante juego.

Jugué a caminar por las veredas de siempre, y esta vez dominé mi alma fantasiosa y la hice soñar, soñar de enserio. Soñar con recuerdos otra vez, soñar con las risas inocentes....Soñar con el brillo del sol que parecía eterno en la siesta, soñar como se sueña cuando se está enamorado o muy agradecido con la vida.
Jugué a ser diferente. A ser como quiero ser, ser amable lo más posible, ser alegre, ser yo pero pulida y brillante. Hoy fui como era cuando mi mente no se atormentaba con ideas absurdas y complicadas, cuando mi cabeza no era un laberinto de humo... Hoy fui sencilla, hoy estuve alegre.

Jugué a vivir, a vivir de en serio. El sol, la frescura, el sabor, los sonidos...todos juntos de manera presnte, presente de verdad. Olvidé los dolores, olvidé las sombras, olvidé y redescubrí...


Mañana tengo planeado un encuentro con mis amigos. Mis amigos son especiales, son algo de lo mejor que pudo darme la vida...Mis relaciones con ellos, nuestros vínculos, nuestros abrazos son de verdad, son sinceros, son suaves...Somos ellos y yo, sin máscaras ni poses. ¡Es tan fácil desnudar el alma , maltrecha y confundida, con ellos!



Seré yo, yo sin ideas tontas, yo sin prejuicios, yo sin mi carcaza obsoleta y gris.
Yo, infantil y simple, pura y feliz.

Infantil como cuando me perdía en sus arrugas y sus historias, y feliz como cuando te abrazaba en la realidad.

domingo, 12 de agosto de 2007

Ilusión I.

La ruta será nuestra, desde nuestro principio hasta nuestra meta. Todos nuestros, completamente, también serán los momentos que viviremos lejos de la pequeña ciudad.
Ya nos imagino armando las carpas, ya nos veo riendo bajo el sol de la tardecita, y contando las estrellas en la madrugada, y preparando todo improvisadamente para sobrevivir allá. Las bromas, la alegría, los recuerdos viejos, las nuevas vivencias. Las similitudes y las diferencias entre nosotros, siempre en roce gozoso.

¡Cuántas ganas tengo de que llegue ese día!
El día en que escapemos hacia la naturaleza.
Sí, en que la conozcamos en nuestra piel, que nos llene los ojos y alborote los sentidos.
Llegaremos y nos recibirá con sus rayos. La madre nunca abandona al hijo, siempre tiene lugar en el regazo para nuevamente recibirlo. Una madre no se enoja, la madre lo perdona todo.
Será hermoso el reencuentro con ella, con la primigenia matrona de todas las estirpes humanas.


No necesitamos grandes presupuestos para ese evento irremplazable.
Bastará con llegar allá, caminado si es necesario, peregrinando de esa manera al templo improvisado de nuestros maltrechos sueños.
Seremos felices allá, tan solo eso.


Tan felices, que quizás llueva como bendición del cielo.

martes, 31 de julio de 2007

...and I want to thank you.

Y este idioma está muy lejos de serme fácil. Pero oírlo, leerlo, me remota a tu imagen, a tus palabras y tu esfuerzo por traducir esas letras en aquellos años en que estábamos tan lejos de crecer.

Pasamos tantas cosas juntas y hubo tantos altibajos que hoy ya no puedo recordar ni el sol que hicimos una vez ni las nubes que lo taparon. Y vos sabés que soy una negativa y amarga de mierda, siempre fuiste sincerca y diplomática para decirme que...La vida es más bella de lo que yo quiero hacerme creer.

Y no sabés cuánto me emociona tener una persona así cerca de mí, cerca dentro de todo, que me refute mis ideas, que me mande sutilmente a la mierda para hacerme entender que no todo está mal...Que lo mire, que no me cierre.

¡Gracias!

Yo pinto mi vida como un cuadro gris, y sos objetiva y honesta, y me decís que lo pinto de manera horrible. Y ahí lo veo mejor, y ¡es impresionante como todos los colores parecen renacer!. Me hiciste bajar a la tierra, sin quererlo ni planearlo. ¡Qué tonta me siento ahora!.

Gracias, muchas gracias, por decirme lo que necesitaba oír.
Gracias por no callar, por decirlo, por mantener la conversación.

Tengo una etapa retrógrada, soy como esos niños que se encaprichan con algo y lloran por alcanzarlo. Aunque eso me haga mal.

Y perdón por ser tan necia y negativa, sabés que es algo más fuerte que yo. Ya te imagino acostumbrada a mi cara larga, a mi terquedad, a esta manera tan insoportable de ser. Ya te veo cansada, y lo entiendo perfectamente, murmurando puteadas que al final te tragás. Yo no entiendo como soy, menos entiendo cómo me soportan.

Y sé que habrán miles de discusiones más, miles de momentos que podemos improvisar, incluso habrán muchas personas que nos harán reír y llorar a lo largo de este tiempo...

Pero como vos, ninguna.
Y hoy, que el tiempo me agarre una,
te sigo queriendo
tanto o más que antes.


Fue muy bueno crecer a tu lado, y aunque siempre hubo otras personas también, tu lugar será para siempre en mi memoria irremplazable.

Gracias, simplemente, gracias por taaaaanto.


viernes, 27 de julio de 2007

Inexcogitable

Puedo decir que de nuevo empiezo una nueva etapa. Puedo decirlo y sentirlo, y luego olvidarlo, y así dejar pasar todas las cosas que quería retener y omitir las que quería modificar. ¡La historia de mi vida!.

Hoy me siento más confundida que nunca, respecto a mi futuro y al color de mi alma. Hoy no sé si decirme que pretendo poco y con eso me conformo o en realidad pretendo demasiado y ni así me conformaría...Hoy no sé cómo mirarme frente al espejo, la resignación ya está tan gastada que la dejé de usar.

Durante todo el día fantaseo, diurnas y fugaces fantasías, como escape a mi realidad. Algunas personas usan drogas, otros tocan música, otros escriben larga y vagamente... Yo no puedo dominar lo que mi imaginación me obliga a pensar, y aunque evada ciertas ideas siempre termino pensando en algo relacionado, y he ahí un terrible laberinto.

Mezclar los sueños con la realidad es mi pasatiempo preferido desde que soy muy pequeña.

Pero hoy que crecí según mi DNI, que debo madurar, que debo vivir de otra manera... Resulta una terrible carga seguir soñando absurdamente. Ni siquiera es una molestia, le debo a mi imaginación muchas cosas: muchas ideas que desembocaron en interesantes escritos, muchos alentadores sueños que hoy se secaron, una idea más colorida del mismo muro que todo el mundo encuentra como gris.
Resulta más bien como un compañero al que se deja de soportar porque es tanto el trayecto juntos que la simbiosis empezó a flaquear; es un cascarón que recubre un cuerpo que está madurando y desea salir.

Mi imaginación fue mi crisálida durante muchísimo tiempo. Me refugié del mundo en ella, y me angustia mucho pensar en dejar ese estado de armonía y comodidad, total control, experiencias agradables y dulces. Pero el tiempo pasa. Me está llegando una nueva etapa, tengo que animarme y salir de a poco de ahí. Y pienso que lentamente porque no podría animarme a salir afuera, sin estar preparada.

Y en mí hay una amalgama entre el sentir y el pensar.
¡Cuántas veces lo habré dicho!


Me gusta la comparación que se acostumbra hacer entre una persona y un árbol. Hoy descubrí que el árbol monstruoso no sólo posee inmensas raíces que destruyen cada vez más las baldosas de la plazoleta, sino también tiene, con aspiraciones de cielo, ramas inmensas, llenas de magníficas hojas verde brillante. Verlo solamente desde abajo resulta tenebroso y desagradable, incluso se asemeja a la estructura de las ideas y fantasías que constatemente me dominan. Sus raíces son retorcidas e inmensas, y forman extrañas figuras en el suelo. De sus ramas más bajas cuelgan otras extensiones que de haber tocado el suelo habrían sido iguales que las raíces, pero quedaron para siempre como un manto tupido, como un manojo de cabellos secos que cuelgan de una cabeza inerte.
Pero mirando hacia lo alto, la impresión es totalmente diferente. Sus ramas parecen alzarse intentando alcanzar algo. Algo como una nube, algo como una estrella. Ramas pretensiosas que no soportan la existencia bajo el suelo, de manera aburrida. Ramas que aspiran a más, que crecen queriendo alcanzar algo más. El viento, en la ambivalencia de amigo y rival, y los pájaros con sus trinos, serían los únicos que las acompañen en la altiva danza que inventan.
El árbol no eligió sus raíces, fueron ellas las que lo "ayudaron a ser", fueron ella el principio de su vida. No es capaz de maniobrar la orientación de sus ramas, de expandir o limitar su crecimiento. El las siente crecer, se esfuerza por satisfacerlas. Y es a la vez un ser capaz de nutrirse y de albergar a otros.

Y hay cosas que no puedo controlar, ni mis fantasías ni ciertos factores de mi entorno.
Y mi pretensiones, hoy desinfladas y apagadas, no son definidas ni estables.


¿Y cómo explicarle al mundo que mi crisálida es mi refugio, mi utopía terrenal; y mis ramas dibujan en el cielo sinuosas figuras, como planos, pero temen concretarlas?
¿Con qué palabras adornar mi simple deseo de soñar para siempre?

miércoles, 18 de julio de 2007

Per Pacem.

Fue en una mañana del verano antepasado, mientras la música sonaba con alegría en la cocina; puedo incluso recordar exactamente la canción y la emoción de sentirla...cuando sucedió, acontecimiento determinante de los meses venideros. Dicen que fue la expresión de algo que se venía gestando, un peligro latente que un día explotó. Eran altas las probabilidades de que una cosa así sucediera, en cualquier momento. Y sucedió, y en su momento no pareció algo muy grave...

Las semanas pasaron, todos atribuyeron las dolencias a un problema psicológico, mero intento de llamar la atención... Si había dolor o era fingido en ese momento, nunca más lo podremos saber. Lo que sabemos es que hubo otra vez, un nuevo tropezón, y esta vez se terminó de accionar esa horrible máquina de sufrimiento. Un sufrimiento que no sólo afectaba al cuerpo, sino que desgarraba en jirones el espíritu maltrecho y septuagenario...

Y los días siguientes fueron llenados con dudas y penas, y fue tan larga la agonía que los meses quedaron como eternos. Y hoy no son lo que eran, hoy ya no hay necesidad de las visitas y los medicamentos... Hoy ya no tiene sentido quedarse un domingo a la tarde, a ver morir el día...sola.
La mayor pena, la de ella. Cuatro paredes y un televisor, el sol en las tardes y el mate del domingo. La familia que hace su vida, esforzándose por no soltar su mano, pero ella ya lo sabe: la deberán soltar, o ella se soltará sola. Ella lo sabía, lo sabía y lo sentía. Llega un momento, el momento final, en el que entendemos la mortalidad. Saboreamos tristemente los recuerdos; y revivimos mil veces los momentos más queridos, en el interior de nuestra mente.
Abrazamos fuerte a la vida, pidiéndole que no nos suelte.
Y un día entendemos que no significa soltarla y abandonarla, sino abrazarla completamente y amarla, tal como es, aceptando su final.


Desde que entendemos que la carne que comemos fue alguna vez una vaca, sabemos que la muerte no sucede sólo en películas de acción o en tierras lejanas, y que incluso puede resultar necesaria para equilibrar la vida de otros. Si crecemos en un ambiente bélico, seguramente eso es aún más común, y sos más conciente de la fragilidad de cada día. Occidentales, sedentarios y pacíficos; la muerte se nos pinta como un horizonte lejano, no como la amada utopía que se intenta alcanzar, sino como el horizonte que es alcanzado por otros.Es algo lejano, terrible y triste, pensamos que sí, es parte de la vida, pero no de la nuestra. No la sentiremos, ¡no!, es una etapa más...

Un día, por fin, entendemos: Somos frágiles, volátiles, efímeros. Somos tan poco, y sentimos tanto. ¿Cuánto sentiría, entonces, cada ser vivo, por pequeño que sea? De tan necios, no consideramos lo relativo de todo. Y no podemos decir que la consideramos sin sentirla, porque es algo insuperable por la razón. Ver la palidez y notar la ausencia de brillo en los ojos abiertos y perdidos, ¿de que raciocinio me hablas? No hay razón que no se quiebre y se avegüence. La mente enmudece ante ciertos acontecimientos, y el alma domina el control.

Somos parte de una cifra que muere, seremos alimento de otros como alguna vez precisamos de algunos para alimentarnos. Nacemos-Morimos. De si lloramos o reímos en el medio, de eso se trata todo.

Hay cosas inevitables.
La muerte, ahí está. Si fuesemos inmortales y no envejecieramos nunca, no serviría el tiempo, no sería nada más que un continuo suceder de cosas.
Que a medida que sucedan, perderán valor.
Nuestra mortalidad nos hace valorar todo.
Sentir todo quemando la piel, y desgarrando la garganta en cada llanto.
Todo lo nuevo, lo viejo, lo deseado, lo doloroso, lo gratificante...

Hay cosas imprevisibles.
Como haber podido sentir tu risa inocente ante un comentario pavote.
Como verte sentado en un asiento cualquiera, y sentir que se abre algo bajo mis pies, y rememorar, revivir... Sos dueño de mis sensaciones.
Como sin pretenderlo, contruir una sólida relación con muchas personas. Un sentimiento de unión, más fuerte que cualquier ventisca adversa....Sin pensarlo, plantar cimientos. Inamovibles.
Como no esperar nada y de golpe recibirlo todo, inesperadamente cuando las más fieles esperanzas empiezan a titilar, atemorizando con apagarse....

Habrá, yo sé, mañanas y tardes de sol. Risas y juegos, alegría pura y sana en algún futuro no muy lejano. También puede repetirse la necrosis y la permanente agonía, mis ríos de tristezas internos no llegarán a secarse nunca, y cuando llueva mucho deberán aflorar. Lo harán, lo sé.

Sucederán tantas cosas, ya las siento latir, ya las imagino gestándose latentemente en algún rincón del planeta, y desde alguna parte de mí, obtienen fuerzas.
Crecen, como yo. Lo importante, lo destacable, es cómo, cuánto... hacia dónde, ¿por qué?¿para qué?...
Estan, existen. La razón enmudece.


Y todas, buscando equilibrio.



Universus, per pacem.


Equlibrio

Será un estado, un modo de vida, alcanzado luego de mucho esfuerzo.
Juntar lo impredecible con lo inevitable, y lo deseado con lo aceptado.
¿Qué tan difícil puede ser?

martes, 17 de julio de 2007

Aunque no quiera confesarlo, estás.
Como recuerdo de felicidad...
Nadie entiende, ¿por qué tanta obsesión?
Ya todo se pudrió
y tu imagen, intacta.


No podría explicarles
que fuiste lo más cercano a la utopía
que pude probar

y fuiste, así en pasado
y hoy sos uno más
sentado en nuestra pequeña ciudad
¡Si supieras cuánto pienso en vos!

Ya no como algo especial, como eso que fuimos,
como eso que intentamos ser...
Te pienso, como amigo
como alma imposible de entender
y conocer.
Te pienso y recuerdo
y hay veces que quiero gritártelo, para que me digas algo que me calme
y hay veces que razono; ¡soy tan tonta!, y callo....

quiero estar con vos por siempre
quiero que esto no termine más
quiero ser tu amigo siempre....

¿Qué tanto de cierto había en esa canción?


lunes, 18 de junio de 2007

◄.Futurismo.Nefasto.►

Tendré cincuenta años. Seguiré midiendo un metro con cincuenta, quizá menos. Mi pelo será bastante largo, y no taparé las canas. Con horror miraré las arrugas al costado de mis ojos, y lamentaré las cicatrices que yo misma me hice en las mejillas al reventar torpemente mis granos, en esta mi adolescencia. Y mi rostro cansino y mi cuerpo, ya envejecido y flácido, me resultarán aún más desagradables que ahora.
Quizás, haya tenido hijos. Quizás, inclusive nietos. La vida me habrá llevado por caminos que no hubiera imaginado. De mis sueños, la mitad quedaron incumplidos. El resto, incompletos, a medias habré podido lograr todo deseo utópico que me propuse cumplir. La amargura precoz me ha marcado para siempre, y a pesar de todos mis esfuerzos, nunca pude sacarme el tinte gris de los ojos. Habré viajado, seguro, aunque más no haya sido acá cerca. Habré llorado el doble de lo que reí, y seguramente me lamenté miles de veces por la juventud que desperdicié.
Pero estará todavía, en algún rincón de mí, un recuerdo poderoso de mi más tierna adolescencia. Su mensaje latente, en muchos momentos difíciles me habrá acompañado, y algo en la brisa me susurró imitando cualquier voz amada: 'la gente se esconde'.
Mi corazón habrá palpitado fuertemente al oír el susurro, para luego hacerme sonreír y pensar lo que significa tal frase... Y en cada momento, una nueva interpretación.
Intentaré no esconderme de mí misma. Cuesta enfrentarse a lo más oscuro que tenemos, pero es algo que se debe hacer para conseguir la armonía, la calma, la tranquilidad de estar en equilibrio, sin mentiras sucias ni sombras todavía por explorar...

domingo, 17 de junio de 2007

Introspección.

Estos días fueron confusos. No porque hayan ocurrido cosas confusas, es más, la rutina siguió tan aburrida como siempre. Pero hubo un tráfico interno en mi ser, que espero no sea sólo momentáneo...Sentí casi al límite, mentalmente siempre, la desolación intensa, al ver mi pasado y planear mi futuro...Me sentí feliz por lo que tengo hecho y soy, me sentí humillada al reconocer en mi alma tantas malas actitudes, me avergoncé y me excusé ante mi propio corazón, implorando tan solo un poco de comprensión...

Me amigué y me peleé mil veces conmigo misma. Cada vez, me conozco más, me asusto y repugno, pero no puedo dejar de quererme, porque a pesar de todo lo malo que puedo generar, sé que tengo buenas intenciones respecto a muchísimas cosas. Puedo considerarme buena, o buenuda, o bonachona, o boluda... Pero no me puedo odiar, no se puede odiar a un ente tan confundido y tan triste como yo. No quiero conseguir la conmiseración del santo, y no quiero obtener el odio y la repulsión del 'hombre mundano' que ya todo olvidó acerca de las cuestiones del alma... Sí, descubrí que estoy pendiente de lo que obtengo y lo que doy. Más de lo primero que de lo segundo.

A través de todos estos año, navegando por el mundo virtual, encontré cientos de escritos, de excelente calidad. En su instante inmediato, me marcaron. Hoy ya los olvidé, pero sé que alguna vez estuvieron, dejando en mí un recuerdo momentáneo, una idea pasajera. Esos escritos fueron el lamento o la reflexión de alguna persona, así como este manojo de palabras hoy refleja la confusión de mi mente.

No quiero pensar que mi relación con las personas deba ser así: momentánea, mientras dure la simpatía mutua, las conversaciones cordiales y el buen humor constante. Quiero crear lazos duraderos, perpetuos, que iluminen mi vida cada día... quiero ganarle al atardecer y mantener por siempre la luz, esa luz, de mi entorno. La noche mental me superó hace tiempo, y sé que en algún momento llegará el amanecer. Quiero recibir abrazos de otros seres, que superen el espacio físico, pero debo preparar mi alma para no lastimar...

Sé que todo es más; que sólo veo una parte del inmenso cuadro, teniendo una perspectiva -por ahora, ojalá- limitada; que hay más de algo que no alcanzamos a comprender; que no soy un títere pero sí hay cosas inevitables y otras completamente modificables, no siendo evidente la cualidad de cada una...Entiendo que tengo miles de posibilidades frente a mí, y temo por ello, temo elegir y privarme de ciertas cosas, temo apresurarme, temo no escucharme...

Sólo se tiene miedo cuando no se está en armonía consigo mismo.

Y hoy me siento tan disconforme con mi parte más profunda, que temo romper mi entorno, y romperme por dentro.
Pero quizá, sea necesario romper ese cascarón. Y volver a nacer.

lunes, 11 de junio de 2007

Ten piedad de nosotros.

Hoy entendí porqué le dicen Cordero de Dios.
Lo estuve mirando, tan esbelto y maltratado, colgado de su eterna condena. Intenté entender qué pensaba cuando lo lastimaban, lo clavaban y se burlaban de su dolor y sus creencias. Qué sintió cuando toda la gente que parecía amarlo, lo humillaba y lo hería. Qué pasó por su cabeza, desde lo alto de la cruz, sientiendo el terrible dolor y la soledad...¿Se habrá sentido solo?. Si verdaderamente fue su Padre quien lo sacrificó, como lo haría cualquier individuo con un cordero, ¿Cómo pudo soportar el dolor de verse crucificado con ese consentimiento, como si fuera una ofrenda para...Para quién?

Nuestra religión es macabra: su mayor símbolo, su emblema, es la cruz, donde crucificaban a los criminales. Y sí, sé que el murió ahí, que por eso la usan como recuerdo perpetuo de su sacrificio, de su entrega ante los caprichos humanos. Pero sería casi lo mismo usar una silla eléctrica, una horca, una espada llena de sangre... Y en ella, un inocente pacifista, mensajero de un mensaje celestial, que nunca hizo nada condenable pero sin embargo...

Y otra cosa. Dios tiene planes ya establecidos, dicen. Entonces, mirando las fábulas biblícas, cuando Eva mordió la manzana prohibida...no estaba acaso dentro del plan de Dios? Si es así, porqué Dios creó de todas maneras al hombre y a la mujer dentro de un paraíso, si sabía que debería echarlos por desobedientes? Y entonces, además, cómo que te tenemos libre albedrío si en realidad actuamos dentro del plan de Dios?...

Hay cosas que no entiendo.
¿Cómo un Dios de Amor permite y alienta el sacrificio de su Hijo (el más querido, supuestamente) como si fuera un cordero más? ¿Su objetivo, cuál era: que quede como recuerdo eterno de lo que es entregarse por amor, que quede para siempre como escarmiento de que somos todos malos y pecadores, que sea símbolo de obediencia a mandatos divinos, o necedad humana?...

A veces, esas cosas me alejan. No de la Iglesia, hace tiempo que mi alma flota lejos de las palabras eclesiásticas, sino de la creencia en algo superior. Algo, lo que sea, pónganle el nombre que quieran, porque sea lo que sea será inimaginable y bondadoso, y todo lo que se diga no importará porque la verdad siempre será una para él. Una verdad absoluta, que escapa a nuestro ojos mortales que sólo ven una verdad relativa...Un Algo, inteligentísimo, que no habría mandado a su Hijo, sino que se hubiese revelado a un hombre capacitado para entenderlo... Y este hombre luchó en una sociedad de necios que no escucharon su mensaje, tan simple y tan obvio, manchado por los intereses de las futuras generaciones...Ese hombre se entregó, luchando por Algo.

Y ese Algo nos amparará, en el último minuto. Nos hará sentir calma, la esperanza de algo mejor se concretará, y cualquier tipo de dolor será un leve recuerdo...

Y a todo esto, la cruz con el Cordero humano, eterna tortura del pobre hombre.Es el recuerdo permanente de lo necios que podemos ser con tal de complicar las cosas.
Así de simple.

Yo a esta vida, cada día la comprendo menos y la reflexiono más.
Y puede resultar absurdo. Simple.

domingo, 10 de junio de 2007

Quiebre.

Como un árbol, esto tuvo flores...Dio sus frutos, estableció largas raíces, brindó sombra a más de uno...Pero hoy, pasado el otoño, murió. Así como muere cualquier ser vivo, Así como todo debe terminar, arrodillado ante la luz final de la salvación...
Se quebró completamente, es tiempo ya. Todo concluye, hoy sería el cierre de una etapa.
Fin.

Sólo quiero, con el alma, lo mejor para todos...
Lo mejor
Irene.

viernes, 8 de junio de 2007

Verde.azulado.

*No puedo. No debo*
-.Confundirme tanto con una sola persona, queridísima como amigo.-
-.Marearme tanto con esa mirada.-
-.Ver su ser como un cielo despejado, brillante de sol, a través de esos ojos llenos de vida.-

¿Cómo no me dí cuenta de que la combinación de su persona es hermosa, que el color de sus mejillas se ajusta perfectamente al tono de su cabello, y entre todo eso, resaltan esos ojos...? Así, como la luz en la penumbra, un brillo alentador...
Tantos años sin notar que es bello. Así de simple, es tan lindo y bello.


Pero no se debe mirar tanto, mucho menos desear, porque una precipitación puede aruinarlo todo...

Pero es inevitable admirar tanta belleza.


Y me confundo, ¿qué puedo hacer?

Lo veo, y no entiendo cómo....
No, no se puede.

jueves, 7 de junio de 2007

Dime si ves...

Buscando el bien de nuestros semejantes encontramos el nuestro.
Platón.

"Quiero ser como vos, así como vos", y me fijó la mirada, buscando en mis ojos algún brillo consolador. Y creo que no vio más que la sorpresa que sentía mi persona.
Ella, tan indefensa ante el mundo, tiene ojos enormes donde se formulan preguntas e interrogantes que mi torpe charla no alcanza a calmar.
Pregunta, reflexiona, vuelve a preguntar. Pide, reclama, se queja, se ríe, es puro sentimiento.
No espera nada, pero busca todo. Increíble personita, que destella solo un poco de todo lo que lleva dentro...

Una historia triste de fondo, a trasluz distingo sus pesares, en las sombras y en los silencios veo la figura lamentosa que llora.... Más, no me animo a ver.

Y ella, hablándome, a mí, ser que desprecia la luz de la vida, que no puede reír sin que algo le hinque en el pecho...
Nadie más indigno que yo para recibir tal halago. Nadie más débil para poder soportar abrazos, besos y cualquier demostración de cariño a mi ser.

Pero me hizo feliz esa afirmación, ese deseo...
Ser como yo.
No porque sea cierto o porque es eso lo que busque...
-no, no se lo permitiría...sería un crimen que haya otra persona como yo, conmigo alcanza y basta en este mundo-
Sino que Desea, Sueña, Quiere...
Que quiera algo y que lo diga, que luche por alcanzar metas fijadas....


¡Que dicha sentí cuando me confesó eso,
porque me demostró que estoy dejando algo de mi en su alma,
y que ella sueña y quiere algo más que sentarse a esperar!




viernes, 18 de mayo de 2007

Uno de estos días...

Ayer fue uno de mis días semanales odiosos, donde tengo que levantarme temprano para ir al colegio. Siete y media estaba yendo con mi madre en su auto, camino al colegio de mi hermano para luego quedarme en el mío. El cielo celeste claro, moteado de nubes de diversas formas, invitaba más al ocio, que al deber. Las responsabilidades pasarían a segundo plano, y la única meta de cualquiera sería tirarse bajo el escaso sol, descansando de la tarea de Ser.

La mañana continuó, el tiempo siempre pasa ignorando nuestros deseos de que se estanque o retroceda. Tuve cita con mi dentista, quien me puso un aparato inmenso en la boca para abrirla aún más. Mi cara formó una mueca desagradable, asquerosa -la vi en el reflejo de sus anteojos-. Ella, concentrada en mis dientes y sus armaduras metálicas, se dedicaba a ajustar el alambre que hace meses trabaja en mi boca. En esos momentos, entra al consultorio otra dentista de ese lugar, esa clínica podría decirse, donde para los pacientes se encuentra un lugar frío, serio y lleno de la seriedad que acarrea una 'visita al doctor'. Pero yo sé que en esos lugares, los doctores forman grupos de amigos y organizan fiestas y toman mate o se visitan... Las clínicas particularmente se prestan para eso: para que los doctores que en ellas trabajan compartan más de un mate, una charla, un debate sobre el gremio, en horas sin trabajo.En fin, entra esta mujer y sin el más pequeño recelo comienza a mirar mis dientes. Aprecia el trabajo de mi doctora, le dice que el tratamiento parece que va bien. Y entonces mi doctora alega que en realidad, se hace lo que se puede, porque mi perfil sigue siendo recto y saltón, que puede que crezca hasta mis 22 años, que ya logró pasar los de arriba par adelante, pero faltan los de abajo para atrás y... muchos comentarios más.
Habiendo acabado ese tema, la otra doctora aprecia - con ojo profesional, porque es una cosa inaprecable para cualquier persona normal- el succionador de baba que colgaba de mi boca. Es curiosa, eso sí, su forma: pareciera como un bastoncito, es un tubo largo con una parte más gruesa y la otra parte conectada a la maquina chupadora, la parte final es curvada y es donde se succiona la baba, y dada su forma, permite colgarla de los dientes tocando el paladar. Para esa doctora, fue un descubrimiento asombroso. Mi doctora le dice en tono quejoso, y peligrosamente con una pinza en sus manos muy cerca de mi boca, que la maquina que usaban en el Colegio -supongo que de odontólogos- se había roto, y que una vez la mandaron a un hombre para que la arregle, "y no es porque yo sea desconfiada, pero me parece que no hizo nada". Dice que anda lo mismo que antes, que hace mucho ruido y ni succiona la inevitable baba del paciente. Mis doctora confesó las patadas que le pega para que ande, y que mediante eso deja de hacer ruido y empieza a succionar, hasta que al final se apaga sola... "Que barbaridad! y eso que se le pagó al tipo y todo...ya no se sabe en quien confiar".

Esa fue mi mañana, casi normal.Al mediodía, camino al colegio, fui a sacar fotocopias en una librería cercana, frente a un colegio. Error, nunca vayan con pretensiones de hacer 30 fotocopias rápidamente en la hora pico escolar. Es el momento donde los nenitos le confiesan a la mamá que para ese día la maestra les pidió afiches de colores, lentejuelas, pelotas de telgopor, una bandeja forrada con amapolas de papel, plasticolas de colores metalizados... Coparon completamente la librería, y mi Plauto fotocopiado esperaba ser, nuevamente, fotocopiado en algún momento. Quince minutos, en los que caminé por el lugar contando mis pasos, miré el reloj cincuenta veces, disimuladamente, comparé precios y marcas, para absolutamente nada; comparé mi altor con el de los niños que corrían por el pequeño lugar...

Cuando al fin la mujer que atendía pudo dedicarse a mi pedido, llegó su marido con su hijito. Un tierno individuo, de casi cuatro años de edad, como me contó la madre. Jugaba a pelear con su papá, le pegaba patadas y piñas que el pobre hombre recibía como chiste. Era cómico ver como el niño tomaba seriamente el asunto de la pelea, imponía condiciones a su padre y le gritaba cosas para que deje de reírse. El tipo sólo reía y apenas se defendía, era su propia creación quien le maltrataba con amor y con la inocencia de un infante.
Quince minutos después de haber entrado, de nuevo al colegio. El mismo trayecto de cada día, y este clima particular. Muy fresco, medio húmedo. Los colores se ven mas vivos bajo el escaso sol, la tenue iluminación que a veces brinda el cielo gris hace que todo se vea como un sueño pronto a terminar.
Porque a la mañana el cielo es claro y celeste, como recién lavado.
Y a medida que pasa el día, se puede volver gris, llenándose de nubes y amenazando con truenos muchas lluvias que casi nunca llegan cuando se las espera.

no sabría que más poner acá, hoy es otro día fresco y me espera un mate antes de salir de nuevo, a Ser.

martes, 1 de mayo de 2007

(Autocrítica a un vicio todavía no erradicado)

Un amor moderno

(Autocrítica a un vicio todavía no erradicado)

El universo cibernético que nos ofrece Internet nos atrapa con su magia única, dándonos la sensación de que nos conectamos completamente con un montón de personas y que podemos expresarnos y ser comprendidos al mismo tiempo. Miles, ¡millones! de personas, de mentes pensantes, conectándose y pudiendo encontrarse, en el mundo real, a miles de kilómetros de distancia, pero virtualmente, en el mismo lugar. Las conversaciones, el intercambio de pensamientos e información, tantos secretos revelados en el lugar menos privado que inventó el hombre, tanta alegría y tristeza que pueden contenerse en archivos de texto… Nos hacen sentir plenos y vivos ante estos monitores.

Pero es una sensación falaz, no se llega a conocer la esencia de una persona al verla solamente por fotografías o al leer cosas que eventualmente escriba. De la misma manera, las relaciones pueden ser muchas y hasta de cierta forma, reales y alegres; pero no podemos formar fuertes y duraderos lazos con personas casi desconocidas y con la cuales el contacto no supera el plano virtual. Alguna vez, debemos hablar en persona y no reparar más que en el brillo de los ojos ajenos –en nada más-, debemos hablar de cosas tristes y aburridas, debemos quedarnos en silencio y no considerarlo incómodo…Recién, después de todo eso y un poco más, podremos considerar que tenemos una amistad real, en potencia duradera, con alguien. No hablo desde la soberbia de quien analiza un error o un defecto ajeno, hablo desde el mismo núcleo que tiene este vicio. Yo también vivo más virtualmente que realmente, y muchas de mis noches fueron dedicadas a la interacción con personas que ahora olvidé sin querer.

Esta historia es mentira, cualquier coincidencia en los hechos puntuales y en los nombres es pura casualidad, pero la esencia del relato…es un reflejo de lo que veo día a día, a través del monitor y en la vida real.

A los catorce años, Lucía tenía una vida que cada día parece menos normal. Iba al colegio por la mañana, a la tarde asistía a su instituto de Inglés y los sábados por la noche iba a bailar con sus amigas. En sus ratos libres, le gustaba cocinar postres y escuchar música mientras inventaba coreografías. También leía poesías que hablaban de amor, porque no quería entristecerse ni saber cosas feas. No sobresalía en el colegio, pero sus calificaciones eran suficientemente buenas como para que sus padres decidieran regalarle un celular. A través de él, pudo simplificar las maneras de comunicarse que tenía. Dejó para siempre los llamados telefónicos a sus amigas. Ahora, todas ya tenían un celular con el cual se mandaban mensajes continuamente, con avisos tales como “no voi sta tard al inst. xq m siento mal”o “tnes la tarea de matmatik? Pasam x chat”…

Y fue ahí cuando Lucía conoció al otro integrante de la movida comunicacional juvenil: el chat. Hace mucho había creado una cuenta, en la que recibía correos de su familia del extranjero y a veces, ‘cadenas’ que le mandaban sus amigas. Pero ahora, todos sus amigos hablaban de lo que habían 'hablado' por chat, como si se hubiesen visto en otro lugar que no fuera el colegio y hubiesen mantenido largas y extensivas conversaciones. Eran frecuentes las preguntas en relación al nick que tenía uno u otro, y Lucía se sentía excluida cuando sus amigas se contaban que había conocido un chico lindo por chat, que les había mandado una foto y que les contó que pronto ingresaría a la facultad. Ella no entendía cómo era que las personas mantengan conversaciones por computadora, cómo podría una persona conversar de manera tan abierta con chicas desconocidas.

Una de sus amigas un día le activó el correo que ya tenía y que se había desactivado por falta de uso, y le enseñó a usar el Messenger que le permitiría conversar con el resto de sus contactos. Al final de esa semana, Lucía dividía su tiempo entre el colegio, el instituto y la computadora. Ya había aprendido todo lo necesario para comunicarse, y fue agregando más gente y aceptando más invitaciones para tener más contactos. La computadora fue trasladada desde el estudio del papá a la sala, donde sus padres creían que Lucía podría usarla más cómodamente. Ellos veían entusiasmados el cambio en ella, con alegría consideraban el nuevo hábito de su hija como un manifiesto de su interés por la informática. Nada más errado: Lucía sólo quería chatear con sus múltiples contactos, y firmar las páginas personales de sus nuevos y viejos amigos. Sus amistades se multiplicaron, y ahora mucha gente la conocía y se interesaba por ella y su vida. Se sentía tan bien teniendo tantos conocidos, tantas personas con las que compartir un poco de sus cosas.

Al mes, se creó una página en la que subiría fotos y en la podría escribir lo que quisiera. Le puso un nombre que ella consideró apropiado, “/reepachuulaa”, en base a un tema que estaba de moda en los boliches a los que iba y que le gustaba mucho. Pronto, además de las tareas y las salidas, compartía con sus amigas los mensajes al celular cuando no estaban chateando, y las firmas puntuales y siempre presentes en sus respectivas páginas.

Así, navegando de página en página, encontró una que le llamó la atención particularmente. Un muchacho, que ella conocía de haberlo visto caminando por la calle alguna que otra vez, posaba con su guitarra eléctrica y finalizaba la actualización diaria con la letra de una canción en inglés. Esa canción era la elegida por Lucía para entrar en su fiesta de Quince Años. Dudó mucho, pero al fin se decidió y le firmó: “Me encanta el tema que pusiste. Solo pasaba. Besos!”.Con asombro y alegría, a la media hora encontró un comentario del chico, ‘/shinning_likke_thee_suun__’.Decía: “A mí también me gusta ese tema. Me gustaron tus fotos y lo que escribiste. Agregame…”. Y dejó su mail.

Lucía lo agregó, y durante meses descuidó al resto de sus contactos para chatear con él… Así, se fue enterando de que el chico se llamaba Ariel y de que hacía poco había cumplido dieciséis años. Estudiaba guitarra y también salía los sábados, pero no iba a los mismos lugares que ella. Pronto, empezaron a conversar de cosas más personales y para nada importantes, pero que cada uno compartía con el otro. Al cabo de unos meses de intensivas charlas, concretaron un encuentro en una fiesta que se haría en el colegio de él. Ella invitó a sus amigas para que la acompañen, y de esa manera no sentirse tan sola al momento de conocerlo. En la fiesta, se encontraron con muchas otras personas cuyos nombres no sabían, pero que conocían a través de sus páginas. Entablaron conversaciones, intercambiaron números de celular y hasta se sacaron centenas de fotos juntos. Bailaron y disfrutaron de la noche y de la música, y por fin pudieron verse las caras y sonreírse.

Y Lucía conoció a Ariel. Él se acercó a saludarla, y hasta la invitó a bailar algo que a él no le gustaba, pero sabía que a ella sí. Ella lo presentó a sus amigas, y luego lo siguió a través de la pista para que él pida la canción que daba nombre a su página. Y en sucesivos encuentros, se sintieron cada vez de manera más extraña. Ya el rótulo de ‘amigos’ les quedaba chico, y pronto establecieron una nueva relación que permitía los privilegios de ser ‘novios’ pero con las libertades de unos ‘amigos’…Frecuentemente se veían en fiestas u organizaban encuentros antes de las clases del instituto...

Las conversaciones virtuales ahora incluían temas que no hubiesen tratado de no haber pasado todo lo que pasó. Se contaban las cosas diarias y triviales, se firmaban con más cariño sus páginas, se halagaban mutuamente las fotos que tenían… Se dedicaron, como en secreto, canciones y poesías de amor. Y con el correr del tiempo, se empezaron a ver cada vez menos.

Él un día puso en su página una foto suya con una amiga, abrazados amorosamente. Le dedicó una canción por ser su cumpleaños, y le dijo que la quería mucho. Ella se puso celosa, aunque sabía que nada podría recriminarle porque ella misma exigía que él respete las dedicatorias de ella para sus amigos. Como venganza inocente, se puso de nick una estrofa de una canción de amor, y una foto con un amigo de ella como imagen personal para mostrar. Él lo notó, y se puso de nick una frase que hablaba de dolor y traición. En inglés.

No pudieron volver a entablar una buena conversación como antes. Todas estaban llenas de matices de reproche y cuestionamientos de libertad y respeto al otro…En otras palabras, se recriminaban algo que nunca había pasado. Se querían, lo sabían; pero no querían la libertad del otro que tanto exigían para sí mismos. Querían algo informal y secreto, privado; pero lo ventilaron tanto por Internet que pretender eso era imposible.

Y todo terminó de la peor manera esa noche, en la que Lucía fue a bailar con sus amigas, y en medio del caos mental que tenía, olvidó a Ariel y todo lo que empezaban a vivir. Mató sus penas con el alcohol que le invitaron, y reemplazó el recuerdo de Ariel con un chico cuyo nombre ese día había aprendido, pero desde hacía semanas se veían mutuamente por Internet.

Y él, no soportando más la injusticia de sus reproches “inmaduros” que se contradecían con sus actos, la condenó al olvido. Sus amigos lo alentaron para que busque otro amor más maduro, y también una noche él intercambió más que miradas y palabras con una chica que era amiga de un amigo.... Pero, presintiendo lo que podría volver a pasar, le pidió el número de su casa.

jueves, 29 de marzo de 2007

Huellas en mi camino.

Mi inconsciente últimamente trabaja mucho, arduamente.
Cada noche es un sueño, cada sueño me perturba de alguna u otra manera.

Y en todos mis sueños, los más incontrolables, te vuelvo a ver,
incorpórea y amada presencia, llena de tiempo pasado, rebosante de vitalidad...
Mis risas infantiles estuvieron plagadas de tus caricias maternales
y tus historias viejas me hicieron creer en lo soñado, vivir de ilusiones improvisadas,
y pensar cada día en mi futuro que quiero que sea contado como un pasado,
alguna vez, como historia de niñez, como cuento de primavera...
Nunca hubo princesas ni magia en tus palabras,
nada de ilusión, nada de ideologías, nada destacable...
La vida real, dolorosa y punzante...con el colorido de la gama de los colores verdaderos.

En las siestas, nos perdimos en el sueño
y compartimos más de un momento, igual a otro anterior.
Rutina adorable.
Yerba mate con historias, el pasillo moteado de sombras
y la eternidad por delante...Cuentos y moralejas innatos, salidos de tu alma hacia la mía
Fuimos amigas; sí, contigo empecé a reflexionar
y pronto, muy pronto, dejaste de entenderme
pero nunca de oírme...

Yo sabía que llegaría este día,
desde que me mostrabas tus alhajas olvidadas
y me contabas sobre tu juventud,
yo sabía que llegaría el día
en que sólo yo guardaría en mi memoria
tantos momentos que te hicieron feliz...
Sabía que llegaría el día en que te extrañaría realmente
y no podría calmar mis angustia con tocar tu puerta
y esperar que ma abras...
Sabía, siempre supe, que llegaría el día en que no estarías para abrirme...

Tus arrugas se hicieron más profundas, tus cabellos más nevados,
Y tu cuerpo se achicó demasiado, te volviste tan pequeña y frágil.
Desde aquella maldita tarde en que caíste, caíste realmente...
toda la vida nuestra, todo el futuro se alteró, y se quebraron las emociones...
como si fuera una broma divina, un mal chiste de Dios
sonaba una querida canción, sin saberlo todavía,
yo cantaba y vos sufrías.


A partir de ese momento, un torbellino de momentos...
Todo un año, lleno de delirios que no te incluían
y sueños fugaces en los que no estabas
y realidades, apenas logradas, en las que eras más una espina que una flor...
Te dejé olvidada, como un delirio entre otros,
me molesté muchas veces con vos por cosas de las que no eras responsable
Debía sonreír en vez de regañar, debía ser más infantil que madura,
para comprenderte con mi pequeña alma, llena de tus juegos, tu nueva etapa...

Yo era joven, todavía lo soy; y perdida en la alegría
me dejaba llevar por la sonrisa fácil, por las bromas rápidas y espontáneas
de un grupo de personas que quizás pronto no se acuerden más de mí...
Personas que entran y salen de mi vida,
como yo lo hago día a día de muchas otras vidas, sin intención de quedarme y establecerme...

-Este tiempo es un tiempo de relaciones falaces,
y podemos creernos amigos,
pero sólo basta una distracción para olvidarnos...-

Y yo, siempre presente para vos; no lo supe ver en su momento,
te olvidé quizás, te consideré un peso
te fallé como familia y amiga, te fallé como pilar
y dejé de ser la nena que jugaba con vos
para ser una más, dentro de una masa egoísta y juvenil...

Pero te acompañé, creo, lo más que pude, como pude
porque vos me enseñaste el camino, sin saberlo,
y me llenaste la mente de ideas nuevas cuando niña,
y me remendaste el ánimo con tu simpleza senil...
Y te debo tanto, y pude darte más...
No lo hice.

Me faltó voluntad, me faltó la fuerza para sostener una de tus sonrisas inocentes, me faltó tu risa para recordar que la vida es más que juventud y chiste, o búsqueda de alegría...
¿De los errores se aprenden? Aprendí, nuevamente con vos, a aprovechar...
Cada momento que es, que será...Cada risa honesta, cada simple acción....




Y en mi sueño te reías, amada mía,
como hace meses no te veo reír
como hace meses no te puedo recordar...
Y me dije, al verte de nuevo riendo,
"esta vez tengo que aprovechar".
Y desperté, y el sueño se esfumó...


El calor de la habitación me hizo recordar todo lo real que intento evadir. Pleno marzo, con calores exagerados. Ruidos de construcción y vida; y la rutina de siempre, rutina aburrida. Y no estás, para hacerme regañar, para quebrarme con una mirada o un capricho, para pellizcarme los brazos cuando te hago enojar o con intención de hacerme reír...Tu última frase a mí, antes de dormirte profundamente y para siempre, fue una advertencia usual, medio en broma y medio en reto. Me dijiste, viendome partir a una fiesta, que me porte bien...Quizá sea una broma, quizá querías decírmelo de verdad...
Cierta noche, se creó el punto final a tanta historia, y tuve que despedirme de un cuerpo pálido para entender realmente que todo, desde la risa hasta el llanto, había terminado... En un cajón te encerraron, y grabé en mi mente tu última sonrisa, libre de arrugas y dolor...

Me faltas tanto, te falté tanto; ahora sólo me queda tu recuerdo doloroso, tus cuentos viejos, tu risa en mi infancia, tus retos constantes y didácticos, tu perfume en mi memoria...Me quedan pocos recuerdos de vos, pero lo que hiciste en mí fue inmenso... Te quise tanto, yo sé que nunca dudaste de eso; y sé que me quisiste porque fue mi nacimiento lo que marcó una etapa en tu vida, porque fui yo quien se puso vestidos por vos y quien te cebó mate hasta tus últimas fuerzas... Nos quisimos tanto, lo sé, y algún día nos veremos de nuevo...

Me dejaste las huellas de un camino que recorriste, y que sin miedo ni pudor, sólo me mostraste a mí... Yo no las voy a seguir, no serán mi guía constante.

Serán mis compañeras, sé que caminas a mi lado.
Y me saludas en sueños.

viernes, 23 de marzo de 2007

Entre la multitud.

Fue un cambio brusco, minimizarme en cuestión de segundos para fundirme al ambiente, para fusionarme con la multitud; y luego crecer de nuevo tapando el vacío...

Éramos los dos, y éramos inmensos... Las estrellas sobre nosotros, las palabras que no dejaban espacio para los silencios, y nada más que eso existía. Toda una plaza para los dos y sin responsabilidades ni excusas que limiten la conversación. Todo pensamiento era expresado, libremente sin prejucios, y nuestras almas luchaban por entenderse -y no costaba tanto-. Llegamos a conclusiones y creamos nuevos planteos, a los que buscaremos respuesta en otra ocasión, porque el tiempo es mucho y la vida generosa con nosotros. Y dejando ciertas dudas en el aire, nos despedimos cerrando lo que fue un encuentro agradable y productivo...

Y luego, la muchedumbre con la que me crucé, a la que me integré. Mi persona, una más. Mi mirada, otra entre tantas. Y toda pena y dolor, toda risa y pensamiento, se fundía con las otras, diferentes y tan especiales como la mía... No había lugar para la conversación privada, íntima -esa en la que mostramos desnuda el alma-, menos para las reflexiones y los planteos. Era el momento de la risa y el encuentro festivo, alegría por-para-en todos.
Me encontré con amigos, me divertí un rato. Las risas iluminaban la calle y cada persona se mostraba en armonía con el ambiente, y casi olvido la conversación que minutos antes me parecía tan importante. Lo seguía siendo, claro, pero no era momento de pensar. Era momento de sentir.

La noche terminó pronto para mí, y me encontré caminando sola por las calles; completamente sola y asustada de que alguien me dañe. Mis pasos eran el único sonido, marcando el ritmo de mi caminata y pareciendo burlarse del silencio de las veredas. Retumbaban en mi mente, junto con muchas ideas sueltas e incoherentes, ideas fugaces y nuevas ilusiones...

Llegué a casa, y nuevamente mi alma se fundió con otra. Nuestras palabras en la cocina fueron el himno de mi noche, fue la conclusión perfecta a tantas idas y vueltas del mundo. Sueños frustrados y expectativas del futuro, relatos y anécdotas viejas que parecen recientes.

Mi noche fue un laberinto de emociones, a causa de tantas reflexiones innecesarias. E inevitables.
No puedo dejar de plantearme ciertas cosas, de analizarlas y luego, olvidarlas.
Y es curioso como siempre encuentro alguien que me guíe sin querer, que me diga algo que necesite y tanto esperaba...

Mensajes camuflados de aliento, escondidos sin intención alguna. Nuestras almas se comunican inconscientemente y se regeneran al comprender lo que siente el otro, una empatía natural e innata que liberamos cada día...

Y a vos no te conforman con esta realidad,
Porque sos un loquito sensacional.
Que vas con la esperanza en piloto automático sin más
Y yo me siento igual, quiero morir viviendo, y no vivir muriendo



Me llenan el alma, y lo puedo sentir.

sábado, 17 de marzo de 2007

Hoy te ví, en mis sueños...

Hace meses no te veo, y me esfuerzo por recordar el tono de tu voz, y por olvidar las palabras que supiste decirme siempre...
Anoche, en mis sueños, te volví a ver... Quizás fue porque antes de dormir, como desde hace rato no hacía, volví a pensar en vos...
Y en mi sueño yo caminaba por la vereda que nos guió algun vez. Y de pronto, salía un auto de una casa cualquiera, y al mirar al conductor noté tus ojos en ese rostro. Pero no eras vos realmente, ¿o si?, era otra persona que yo reconocí como vos, diferente en casi todo pero tenía tus ojos, tu mirada y todo él era lo que yo siento que sos... Manejando un auto, cosa rara...Tanta formalidad en esa persona, ¡no podías ser vos!, tan diferente, tan grande.
El auto salió a la calle, y miré al asiento del acompañante.

Y ahí te ví realmente, como yo te conocí, desfachatado y tranquilo, la mirada perdida en algún delirio inoportuno. Me miraste y sonreíste, te miré y no temblé...
Estabas acompañando a esa otra persona que eras vos pero no como sos; estabas dos veces en ese auto: manejando y acompañando...O quizas, solamente estabas siendo llevado por ese otro ser igual a vos a algún lugar que quizá -quiero creer- no querías ir. Pero tenías que ir.

Te hice un gesto con la mano, imitando a este instrumento que tanto nos unió, y que aún ahora me ata a mí con mi sueños a ese universo virtual...Me respondiste que no sabías cuando, que no podías ahora; y en mi sueño -de la que era yo dueña, sin saberlo- pude comprenderte. Me diste a entender que no podías comunicarte más de esa manera conmigo, y en tu rostro había aflicción. Y el auto se fue, con tu persona adentro dos veces: manejando y siendo llevado.

Yo seguí caminando, y mi sueño se inclinó a otras escenas... El auto se fue muy lejos, no volvió a pasar.



Al despertarme, volvió el recuerdo de tu rostro dos veces en un auto. Un rostro diferente, y el rostro que te conocí... Y creo que este sueño, que alguna parte de mi mente elaboró con tanto simbolismo, tiene una interpretación...



Yo sólo espero verte de nuevo algún día, pero verte sólo una vez, no con la otra cara que te impone la vida.

viernes, 16 de marzo de 2007

Nuevamente por aquí

Siendo sincera, me cansé de no saber qué escribir y qué no en mi fotolog.
No tiene sentido escribir muchas cosas, si nadie quiere leer y hablar al respecto. Es como gritarle a las paredes, y sentir como vuelve lo que dije, como se estanca lo que sentí sin que nadie pueda ayudarme a comprenderlo. No, no pido ayuda, pero hoy me dí cuenta de algo: yo hago terapia con mis escritos, la psicología no me podría ayudar de la misma manera y soy feliz leyendo comentarios al respecto de lo que escribo. En fin, me hace feliz leer "estoy de acuerdo, me gustó eso" o "la verdad, me parece que estás equivocada y eso que pusiste es la peor basura que leí en mi vida"...Saber simplemente que leyeron y se interesaron por tantas palabras.

Cada día compruebo que muchos tienen miedo a leer y saber...Saber cosas difíciles, complicadas, que te hagan responsable; porque sabés que si sabés te sentís responsable de actuar o de comunicar, y no queremos responsabilidades por ahora...y aún así... mis amigos ven muchas palabras juntas, y notan alguna cuyo significado sea desconocido, y ya calumnian el escrito y abandonan la lectura. Así, la gran mayoría se vuelca por la música (que es hermosa, y tiene sus particularidades de interés) o por la contemplación de la vida (mirando televisión, o a través de monitores como estos). Me incluyo, paso mucho tiempo sentada tecleando palabras y pensamientos, sin acabar nunca en una idea concreta....

Es que no puedo decir algo que sea completamente verdadero, completamente real.

Me están enseñando ciencias que me sorprenden, todas desprendidas de la filosofía...
Filosofía, la palabra más hermosa que conozco.
Filo es "amor" en griego -en realidad, el verbo "amar"es 'fileo', y "amigo" es 'filos'...nunca encontré 'amor' en mi diccionario-
Sofía, "sabiduría"

Leí por ahí que de la filosofía se desprenden todas las ciencias, todas las cosas que sabemos.
Fue Pitágoras, según un viejo manual que duerme en mi estante, quien se autodenominó "filósofo" en vez de "sofo"...es decir, 'quien ama la sabiduría' en vez de 'sabio'...
Cada día amo un poco más el griego.

Me imagino a los antiguos habitantes, griegos justamente, contemplando la vida, intentando comprenderla...buscando explicaciones y razones para tanta magia a su alrededor, para la luz del sol y su calor, para los cuerpos y su caída libre, para el frío y para el florecimiento de las flores en las plantas, el crecimiento de un bebé dentro de la panza de la mujer, los cambios de temperatura en ciertas épocas del año, la lluvia, los sentimientos, la muerte...
A orillas del Egeo, mirando el agua y deseando llegar más allá, aún más lejos de donde alcanza la vista...O en la noche, mirando tantas luces pequeñas en el cielo, e inventando mitos y creando hipótesis sobre ellas; creyendo que esas luces, esas estrellas, giraban alrededor de ellos, como si fueran lo más imporante en todo el universo...
Cada suceso, cada acontecimiento natural sería sorprendente para ellos porque no sabían la causa, no tenían la explicación, no hallaban inmediatamente la respuesta...Para muchos de nosotros, todavía es así, pero no nos planteamos ya el porqué de las cosas...

Muchas cosas pasaron desapercibidas para mí, ocupada en cosas más 'serias' y más acorde con el mundo moderno. Tantas explicaciones y leyes y razones que ignoramos, que podemos aprender; por falta de interés nos sumergimos acá y damos vueltas en círculos virtuales, creando relaciones virtuales y haciendo estas cosas virtuales: expresandonos a escondidas, pensando qué decir y cómo hacerlo; en vez de gritar lo que se siente frente a todos, como dicta el corazón...

Me encantaría vivir momentos como aquellos, milenarias escenas en las que se vivía realmente y sin monitores, en los que no se sabía nada y teníamos todo por aprender.
Porque sigo sin saber nada, y tengo todo por aprender.
El problema es la falta de ganas.