viernes, 23 de marzo de 2007

Entre la multitud.

Fue un cambio brusco, minimizarme en cuestión de segundos para fundirme al ambiente, para fusionarme con la multitud; y luego crecer de nuevo tapando el vacío...

Éramos los dos, y éramos inmensos... Las estrellas sobre nosotros, las palabras que no dejaban espacio para los silencios, y nada más que eso existía. Toda una plaza para los dos y sin responsabilidades ni excusas que limiten la conversación. Todo pensamiento era expresado, libremente sin prejucios, y nuestras almas luchaban por entenderse -y no costaba tanto-. Llegamos a conclusiones y creamos nuevos planteos, a los que buscaremos respuesta en otra ocasión, porque el tiempo es mucho y la vida generosa con nosotros. Y dejando ciertas dudas en el aire, nos despedimos cerrando lo que fue un encuentro agradable y productivo...

Y luego, la muchedumbre con la que me crucé, a la que me integré. Mi persona, una más. Mi mirada, otra entre tantas. Y toda pena y dolor, toda risa y pensamiento, se fundía con las otras, diferentes y tan especiales como la mía... No había lugar para la conversación privada, íntima -esa en la que mostramos desnuda el alma-, menos para las reflexiones y los planteos. Era el momento de la risa y el encuentro festivo, alegría por-para-en todos.
Me encontré con amigos, me divertí un rato. Las risas iluminaban la calle y cada persona se mostraba en armonía con el ambiente, y casi olvido la conversación que minutos antes me parecía tan importante. Lo seguía siendo, claro, pero no era momento de pensar. Era momento de sentir.

La noche terminó pronto para mí, y me encontré caminando sola por las calles; completamente sola y asustada de que alguien me dañe. Mis pasos eran el único sonido, marcando el ritmo de mi caminata y pareciendo burlarse del silencio de las veredas. Retumbaban en mi mente, junto con muchas ideas sueltas e incoherentes, ideas fugaces y nuevas ilusiones...

Llegué a casa, y nuevamente mi alma se fundió con otra. Nuestras palabras en la cocina fueron el himno de mi noche, fue la conclusión perfecta a tantas idas y vueltas del mundo. Sueños frustrados y expectativas del futuro, relatos y anécdotas viejas que parecen recientes.

Mi noche fue un laberinto de emociones, a causa de tantas reflexiones innecesarias. E inevitables.
No puedo dejar de plantearme ciertas cosas, de analizarlas y luego, olvidarlas.
Y es curioso como siempre encuentro alguien que me guíe sin querer, que me diga algo que necesite y tanto esperaba...

Mensajes camuflados de aliento, escondidos sin intención alguna. Nuestras almas se comunican inconscientemente y se regeneran al comprender lo que siente el otro, una empatía natural e innata que liberamos cada día...

Y a vos no te conforman con esta realidad,
Porque sos un loquito sensacional.
Que vas con la esperanza en piloto automático sin más
Y yo me siento igual, quiero morir viviendo, y no vivir muriendo



Me llenan el alma, y lo puedo sentir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ayyyy maruuu ^^ pase por pasar, como hace rato no actualizabas imagine q lo habias abandonado a este blog...pero mira lo lindo q me encontre aca, me gusta cuando hablas de sentimientos, asi sentimientos nomas, y no intentas darle muchas vueltas, porq se dan solas, pero los sentimientos casi nunca responden a la logica...

y bueno kolb la veo mañana




geloscopia: /Ro/