domingo, 16 de diciembre de 2007

Con toda mi alma, detesto los títulos. En realidad, detesto no saber qué poner acá.

Bueno, para ser concreta y no extenderme en vano, quiero darle otro carácter al blog, teñirlo con anilina, pintarrajearlo, renovar su corteza putrefacta y ... blablabla.
Sí, ya basta de tanta cháchara melodramática, de tanto amor fugaz, de tanta tristeza espontánea y pasajera y nada, ya basta de todo esto que ...cansa a cualquiera.

Y me lo digo a mí, como siempre, me hablo a mí misma a través de estos textos.

Creo que además de mis delirios y escritos sin mucho sentido, tengo que empezar a redactar cosas un poco-bastante-más reales. Cosas que puedan ser leídas por otras personas sin que éstas se cansen tan rápido y abandonen, cansadas, la lectura.

Y pienso que además la constancia me ayudará a ejercitarme en el plano periodístico, si es que realmente ese podría ser mi (buen) futuro. Porque también existe la gran posibilidad de que...el periodismo, la redacción de noticias y de análisis de hechos de la vida real, el trabajo relacionado con la redacción-expresión-comunicación....no sea lo mío.

Incluso me faltan palabras para cerrar la idea (por Dios! me dormí en lo laureles lingüísticos que alguna vez conseguí).

Esta será una suerte de ejercitación.
Como quien dice, de manera más simple, "voy a ponerme las pilas".

A pulir un estilo propio, a redactar cosas un poco más, un poco más...reales.
(y aquí es cuando te tirás a la pileta helada en una tarde de verano, esperando que la sensación incómoda pase pronto y deje el lugar al agradable abrazo del agua)


Doy cierre oficial, de esta manera, a esa etapa de la queja constante y fluctuante, de la fantasía absurda y fatalmente ininterrumpida, de ese poco de niñez atolondrada que me quedaba... Y con esto, no prentendo matar la niña que duerme en mí, sino...
Sino simplemente crecer un poco más.


(Crecer, ay nena.)

No hay comentarios.: