jueves, 12 de noviembre de 2009

Por ejemplo, elevarme
o mejor dicho
salirme de todo posicionamiento espacial
escapar de los conceptos acordados
volverme inmaterial e inteligible e impensable
intocable

y llegar hasta el punto tal en que pueda (imaginando hasta lo absurdo)
pasearme tranquilamente por los días que terminaron
hace ya muchos ciclos y cambios
años
y llevarme adentro un collage de recuerdos
de esos inexplicables, indescriptibles;
se entiende:
aromas que dan ganas de llorar,
lugares que supieron cobijarme,
melodías que entristecen,
el sol de la tarde que a veces trae alegría,
a veces, es solo una metáfora de agonía,


las palabras-las polillas
del tiempo-del recuerdo
ya no son reflejo, sino
de la realidad asesinas


las polillas-palabras que distorsionan todo,
vuelan desde el ayer, con un mensaje viejo
y traen un bosquejo descolorido
de
lo que alguna vez
fue real,


descolorido,
ojo.






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