jueves, 31 de agosto de 2006

Cuento de Fer.

Este es un cuento que escribio un chico llamado Fernando. Me lo mandó por MSN, y ahora se lo publico porque... porque sí, es lindo. :)

Sentado en la habitación uno siente el frío que penetra a través de las ventanas. Allí se encuentra sentado, solo y calmado, sin que pensar ni que decir.
Esta solo y no sabe que razonar, se siente como un pequeño gato en medio del desierto del Sahara, no entiende las causas que tiene para vivir.
De pronto comienzan las ideas, solo piensa en lo que esta llegando, lo que puede llegar a ser algo bueno y que tan solo tenga un sutilísimo detalle de positividad.
Tan solo una positiva espera tiene Marcelo, solo piensa en eso y nada mas. Se levanta lentamente de su silla y mira a través de la ventana que cosas nuevas surgen en esa ciudad que esta amaneciendo. Esperando que se prenda la luz de cada hogar mientras el aguarda arriba en el piso numero 4 a oscuras y en silencio.
Comienzan a prenderse las luces de los hogares y es cuando Marcelo sabe que tiene que hacer, su rutina comienza como siempre, se dirige a la cocina a través del estrecho pasillo, llega a una puerta, la atraviesa y llega a ese gran y dulce lugar, la cocina.
Prepara un café con tostadas, lee el periódico y piensa que será de su vida.
El café es fuerte, y esta tibio, las tostadas normales como siempre.
Una vez acabado su desayuno, se dirige a través del pasillo hacia su cuarto, ingresa como de costumbre y con sus manos abre su armario, elige un pantalón gris y una remera blanca como lo habitual, se coloca un poco de perfume y luego se agacha a buscar sus zapatos debajo de su cama, los encuentra y se los pone.
Se dirige al baño a asearse.
Quince minutos después sale y se dirige a la puerta de entrada, mira su reloj apresuradamente y ve que las agujas marcan las seis.
Marcelo sale y cierra con dos vueltas la puerta; baja las escaleras corriendo y sale por la puerta de acceso al edificio.
Corre por las veredas sin saber a donde ir, cuando tropieza con una piedra, desesperado se levanta y sigue corriendo ya que no puede perder tiempo, ¿Tiempo? ¿De que?..Si no sabe a donde dirigirse..
Pero a estas preguntas hay una buena respuesta.
Marcelo llega a una bajada y se sienta en un pequeño escalón de tal forma como que si siempre lo usara para sentarse.
Con una leve sonrisa mira hacia un edificio de color rojo, grande y calido.
Espera con muchas ansias la llegada de algo. Como si fuera una imagen que quiere ver.
Una ventana se abre y sale esa figura que Marcelo estaba esperando, ella es una dama y al verlo le hace señas con su mano y Marcelo asiente con su cabeza, como si fuera que la entiende.
Ella baja corriendo y lo saluda con un fuerte abrazo, ambos caminan sin parar y dialogan un poco:
_: ¿Cómo estas Laura?
_: Bien, algo agitada.
_: Entiendo.. Yo estoy esperando un buen día.
_: Espero que puedas cumplir tu deseo.
_: Si yo también, solo pienso en seguir adelante, pero ya no tengo casi esperanzas.

Al oír esta respuesta, Laura abraza a Marcelo y siguen caminando.
Laura jamás se imaginaba el problema que tenia Marcelo. El sentía cosas realmente fuertes, y difíciles de explicar, y más aun para explicárselas a Laura.
Marcelo poseía sentimientos mas allá de una amistad normal para con Laura.

El estaba perdidamente enamorado de ella, no comprendía como no podían estar juntos, hasta ya estaba en un grado de locura del amor, que llegaba a pensar cosas, las cuales surgían a causa que estaba enamorado de ella.

Ahora Marcelo cantaba, y el lo notaba, y se decía para si mismo que lo hacia porque estaba enamorado, porque la amaba a Laura, por solo sentir el viento, y ya pensaba que todo era distinto.
Eran formas de actuar muy extrañas y no habituales para Marcelo.
Se sentía como un gran pez nadando en el mar y que ya tenía un compañero para nadar.

A pesar que la visita de Laura era corta, el seguía con la mente en positivo y muy grande, siempre para adelante, y no dejarse decaer por el simple echo de saber que ella volvería a su respectivo hogar.

Caminando llegaron a parar a unas escaleras de un edificio, se sentaron y siguieron su charla. Marcelo por cierto estaba muy nervioso, pero a la vez el notaba que ella también lo estaba.

Cortas charlas se presentaban, pero el tiempo parecía pasar tan lento, ya que estaban tan juntos y un momento tan lindo como aquel ya era difícil de presentarse.
Marcelo no quería que acabara jamás ese momento, pero luego Maria, quien estaba con ellos a partir de ese momento, decidió que caminen juntos por la ciudad.
El plan de Maria funcionaba a la perfección, al comienzo del camino ella lo puso en marcha, dijo que debía retirarse y hacer cosas muy importantes.
A continuación de esto Marcelo quedo solo con Laura, no hablaban mucho, debido a que los dos tenían mucha vergüenza ya que no tenían tanta confianza..

Ingresaron a un salón algo alocado y estuvieron esperando, pero la espera se hacia infinita..se miraron y decidieron salir de allí.


Marcelo estaba con ella, nuevamente decidieron caminar.
Hablaban de muchas cosas, y a la vez se conocían mas aún de lo que ya se conocían, tomaron confianza al instante y ya hablaban con tal liberación.
Al hablar tanto y tan concentrados en ellos olvidaron por donde caminaban, que a la hora de acordarse llegaron al lugar perfecto.
El lugar donde uno puede ir solo o acompañado, con la persona tan especial para uno, donde despejas tu mente, la dejas libre.
Una escena muy romántica se presentaba para Marcelo y a la vez para Laura, según como lo notaba Marcelo.
El cielo estaba nublado y caían algunas gotas, el lugar estaba despejado de gente y a orillas del río enlazaron sus mentes en un lecho de amor que crecía a cada instante, juntando sus labios y tomados de las manos despidieron el sol.
A causa de esto la Luna festejo tirando gotas a cantidades, y cuando terminaron se abrazaron y decidieron volver a sus respectivos hogares, pensado y recordando la hermosa escena vivida.
Marcelo estuvo mas feliz que nunca, pero la parte dolorosa fue cuando se entero que Laura se iba de nuevo a su casa, ella viajaría nuevamente hacia su lugar de vida.
Ella llego a su casa, pero siguió comunicándose con Marcelo, y al mantenerse en contacto se sentían acompañados, Marcelo nunca estuvo tan feliz de haber conocido una persona como a Laura, era la única de ese tipo que había conocido, y pensó y sigue pensando en estos días que la escena romántica que tuvo con Laura fue la única y mas linda que haya vivido en toda su vida…

FIN



‘Recuerdos’ por Fernando Alessio.



En fin, ahí está.
:)

Bueno Fer, segui escribiendo. Es algo lindo, y ayuda a ordenar un poco los pensamientos.
Cuidate.

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